Nervios y mucho trabajo para los loteros de la provincia

Huesca

En la víspera del día de la Lotería de Navidad, los loteros se afanan en tenerlo todo preparado para el gran día. Recogen los décimos o boletos sobrantes, ya que tienen que devolverlos a Loterías del Estado, hacen cuentas y, tal vez, ponen a enfriar unas botellas de cava… por si acaso.

Lo que sí parece claro este año es que se ha vendido más lotería que en otras ocasiones. Lo confirman dos administradoras de Lotería, Begoña Riva y Pilar Dessy, que aseguran que la crisis no se nota en la venta.

El último día hay trabajo. No es un día de ventas grandes, pero llegan los rezagados que quieren cosas concretas. Un décimo suelto que quede, un décimo boca abajo, sin verlo, el número de alguna asociación que se quedaron sin comprar…

Y también están las supersticiones, terminaciones concretas, como el 13, o el 15. En esta ocasión, el 22, la cifra en la que termina el año. O el número, acabado en 82, que adelantó un adivino y que les ha supuesto no pocas llamadas y visitas.

Todo afecta. El calor que hay hecho, para que costara empezar a vender, o el Millón del Euromillón que Pilar Dessy, de la administración nº4 dio hace unas semanas y que ha hecho que mucha gente haya ido a comprar a su administración. Incluso, si mañana dan algún premio, hará que puedan vender más para el Niño.

Aseguran que los nervios y la ilusión, en este día, van a la par. Porque está claro que la mayor ilusión sería poder dar a los oscenses alguno de los grandes premios del Sorteo.

Huesca es la quinta provincia de España en consignación y en gasto de lotería, solo por detrás de Soria, Burgos, Palencia y Segovia. En el recuerdo, el Gordo de 2018, que dejó en Huesca 80 millones de euros, y un poco más lejos, el de Grañén, en 2011, que dejó en los Monegros y la Hoya de Huesca más de 730 millones.