Última oportunidad a domicilio en Lugo

Huesca

La SD Huesca vuelve este sábado a un estadio que le trae muy buenos recuerdos y que los azulgranas consiguieron el 21 de mayo de 2018 el histórico ascenso a Primera División. Ahora regresa al Anxo Carro en otra situación bien distinta y con el conjunto local descendido y los de Ziganda no jugándose nada, salvo los tres puntos en juego y como visitante, algo que se resiste desde el 12 de octubre del pasado año en Oviedo.

El equipo ha regresado este miércoles al trabajo con las ausencias de Jorge Pulido, Sielva y Carrillo en la primera sesión en la que sí que han estado Gerard Valentín o Juan Carlos que se retiraron con problemas físicos el domingo. El que no estará seguro es Andrei Ratiu que vio la quinta amarilla y cumplirá ciclo de amonestaciones ante los gallegos.

El vestuario, tras la situación vivida a la conclusión del encuentro con la Ponferradina, quieren pelear en los dos partidos que restan por la victoria para mejorar la situación y las sensaciones que están quedando en este tramo final de campeonato que no están siendo nada buenas.

Los números están allí y el Huesca ha llegado mal a estos últimos partidos y necesita mejorar la clasificación y dejar un buen sabor de boca. El propio Cuco Ziganda lo dijo el domingo en la rueda de prensa tras el choque con la Ponferradina que desde el día del Burgos el equipo no había estado fino y le dolía porque consideraba que esta recta final se podía luchar por terminar lo más arriba posible.

Con la permanencia en el bolsillo veremos cómo se comporta el equipo ante un Lugo descendido y que juega ante su afición su último partido en Segunda División. Luego llegará el Éibar que todo parece indicar se estará jugando el ascenso directo en el campo azulgrana.