¿Qué comeremos en un futuro si se agrava el cambio climático?

Zaragoza

El cambio climático ya se deja notar en el campo y en las producciones de algunos frutales que se reducen ante la falta de frío. Lo detectan los agricultores y los propios investigadores que trabajan en varios proyectos para minimizar su impacto.

De hecho, esta subida de las temperaturas y la falta de frío está teniendo sus consecuencias en cultivos como el melocotón, del que somos ricos en algunas zonas de Aragón. “Es un frutal que requiere unas determinadas horas de frío durante el invierno para que en primavera sea capaz de generar flores, y por tanto, fruto. Y ya hay zonas de España como Murcia donde no están pudiendo conseguir esto”, explicaba la investigadora de la estación Aula Experimental del Aula Dei del CSIC, Celia Cantín.

De momento, no peligra la dieta mediterránea, pero sí que “tendremos que adaptarnos y cultivar en lugares donde antes no lo hacíamos”, apuntaba Cantín. Y ya se están tomando medidas. Algunas pasan por llevar los cultivos a zonas más altas, “donde la manzana, por ejemplo, crece mejor y consiguen una calidad mejor de la fruta”. Aunque es un arma de doble filo, ya que “ los productores se enfrentan a efectos climáticos más dañinos, como una helada que les deje sin cosecha”, añadía Cantín.

No solo el melocotón o la manzana. La pera o los almendros están sufriendo los efectos del cambio climático. La producción desciende, su calidad también y se notan ciertas fisiopatías que antes eran más esporádicas.

Desde el Aula Dei están trabajando en algunos proyectos “para inducir las condiciones climáticas que esperamos o que los expertos han pronosticado de aquí a 50 años, para adelantarnos y darles herramientas para el futuro. Y para las consecuencias que ya estamos viendo, les damos la alternativa de otras variedades que sí pueden pervivir con estas condiciones climáticas”.

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