Uno de cada cuatro adolescentes aragoneses tiene miopía
Es una de las consecuencias del uso de las pantallas, según el último informe de la asociación 'Visión y Vida'. Las dioptrías han aumentado casi 2 de media en los últimos cinco años
Zaragoza
Las dioptrías han aumentado casi 2 de media en los últimos cinco años entre los adolescentes y casi el 26% de los jóvenes aragoneses entre los 12 y los 18 años es miope. En este tiempo, el porcentaje de los miopes "magnos", es decir, aquellos que superan las 6 miopías, ha pasado del 1,3 al 8,2 por ciento.
Son datos del estudio 'El estado de la salud visual de los adolescentes en España', que acaba de publicar la asociación 'Visión y Vida', con la Fundación Mapfre y Correos Exprés y que coincide en Aragón con el debate abierto en las aulas sobre la presencia de los móviles en los institutos o el equilibrio entre el uso del lápiz y las pantallas, que se debate en los claustros de maestros y profesores.
En Hora 14 Aragón, el presidente de 'Visión y Vida', Salvador Alsina, subraya que la miopía puede derivar en ceguera, desprendimientos de retina y otras enfermedades graves. Entre las razones de esta evolución, el abuso del uso de pantallas, el escaso tiempo de ocio al aire libre o el uso de los móviles a oscuras.
La exigencia de la pantalla muy cerca de la cara limita los movimientos oculares y reduce la frecuencia del parpadeo, lo que provoca falta de hidratación ocular, irritación visual y molestias.
El 31 por ciento de los jóvenes con sintomatología visual confiesa ver borrosa la pizarra, un 35% entrecierra los ojos para ver de lejos y el 25 por ciento se tapa un ojo para ver mejor.
Síntomas
- Dolor de cabeza: es la sintomatología más percibida en uno de cada tres jóvenes tras un tiempo de estudio
- Sequedad ocular
- Visión doble
- Dificultad para fijar la vista
"Cero minutos" para menores de 7 años
El estudio concluye con una lista de motivos por los que los menores no deberían usar pantallas antes de los 7 años. Los ojos se están formando y mirar una pantalla requiere mucho esfuerzo de convergencia, que es contraproducente para un sistema visual inmaduro.
La visión prolongada de pantallas hace que el cerebro asuma que su mundo visual es plano, no en tres dimensiones, lo que provoca miopía en edades tempranas.