La percepción del precio es más elevada de lo que dice el IPC de 2023, que muestra el pescado como el alimento que menos ha subido. La inflación del último año ha cambiado los hábitos de muchos consumidores. De la cesta de la compra han salido algunos productos básicos por ser considerados como caros, con todas las consecuencias que pueda tener esto en nuestra rica dieta mediterránea. Uno de los productos más perjudicados ha sido el pescado fresco, que tal y como ha señalado en Hoy por hoy Zaragoza Félix Escobar, representante del mercado de pescados de Mercazaragoza, «es el alimento que menos ha subido en el último año». Según el Índice de Precios al Consumo, el pescado habría subido un 10,1% en 2023, mientras, la carne aumentó su precio un 16% frente a más del 20% de los lácteos. Aunque una cosa es el precio y otra la percepción de los consumidores, que preguntados en el Mercado Central mientras compraban pescado fresco han afirmado las dos cosas, que el pescado está más caro, y que hace tiempo que lo compran al mismo precio. El bajón en el consumo viene desde 2010, donde el pescado arrastra una tendencia negativa del 30% «En muchos hogares jóvenes no se consume pescado», afirma Escobar y añade que «probablemente es culpa de que los vendedores no hemos sabido transmitir sus beneficios». Carlos, de la pescadería Pablo Mar del Mercado Central, dice que «sigue siendo un alimento consumido especialmente por personas mayores de 50 años». Esto nos saca del segundo puesto mundial en cuanto a consumo por detrás de Japón. Tampoco lo pone fácil su limpieza, que podemos pedirle a nuestro pescadero de confianza, así como su recetario porque es un alimento delicado que requiere un buen trato para disfrutar al máximo de sus virtudes. Para Mari Lourdes de Torres, experta en nutrición y dietética hospitalaria, dice que «el pescado nos aporta unos minerales que no tienen otros alimentos, fósforo y una proteína de alto valor biológico que solo tiene el pescado. Por ello, es fundamental para edades tempranas y para los mayores». Además, «cuenta con ácidos insaturados beneficiosos para el corazón o el famoso omega 3 de los pescados azules». Mari Lourdes reconoce que para consumir el pesado de forma saludable hay que saber tratarlo. Por ejemplo, para una correcta descongelación, debemos hacerlo durante en la noche y dentro de la nevera. Hablando de congelados, Mari Carmen, vendedora del Mercado Central dice que «son una gran alternativa al pescado fresco». Con precios de hoy, una merluza fresca que nos cuenta unos 20€ el kilo puede salirnos por menos de 12€ si es congelada. De esta forma, muchas familias han buscado en los congelados equilibrar su cesta de la compra.