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Miles de personas rompen la Hora al unísono en siete pueblos de la Ruta

Jueves Santo marca el inicio de los días grandes y masivos de la Semana Santa bajoaragonesa. Alcañiz y Calanda se suman este viernes al estruendo con sus tambores

Hija en el acto de Romper la Hora / Marina Monreal

Alcañiz

A medianoche siete pueblos de la Ruta del Tambor y Bombo se sacudieron de encima las penas que salieron ahuyentadas por palillazos y mazazos descargados con toda la fuerza y las ganas sobre las pieles de tambores y bombos guardados todo el año. Atraídas por esos mismos palillazos y mazazos se instalaron las alegrías en las miles de personas que se citaron en las plazas de Albalate, Alcorisa, Andorra, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén; en los siete de los nueve pueblos que anoche rompieron la Hora.

A los redobles de celebración por los ansiados reencuentros y por honrar a los que no están, pero que realmente están más presentes que nunca en estos días, se suman este viernes Calanda y Alcañiz. Los primeros, que anoche procesionaron en vía crucis al Calvario, Romperán la Hora a mediodía y esta vez con el cineasta zaragozano Ignacio García Velilla como invitado. Hará los honores junto al calandino Joaquín Barberán, cofrade de El Encuentro que este año ha sido elegido como rompedor. En Alcañiz será a partir de las 13.00 cuando suenen sus tambores con el inicio de la procesión del Pregón, cuyo acto cumbre será en la plaza de España. Anoche la ciudad se volvió a emocionar con la procesión del Silencio, siempre sobrecogedora.

«El toque que nos une» dice el lema de las tamboradas que en 2018 la UNESCO declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Y es cierto. Cada año se cumple y sin perder fuerza. A los que están en los pueblos se añaden miles de personas que regresan. Familias que se reúnen y que además, reciben a amistades: porque quien ha estado una vez, repite. Son los días grandes para cientos de niños que llevan meses ensayando con sus escuelas del tambor, una iniciativa que cada fin de semana moviliza a decenas de personas a acudir a los pueblos para poner a punto las marchas. Se suman este puente los turistas que se quedan a dormir o que van y vuelven de Zaragoza, por ejemplo. Buscan experimentar momentos concretos de toda esta Ruta del Tambor y Bombo con nueve pueblos unidos y cada uno con sus características.

Diferencias que unen y suman

Anoche se vio un ejemplo de las peculiaridades de cada población en un Romper la Hora que cada una inicia con su ritual. En Albalate se esperó a la señal de la alcaldesa pañuelo en mano y en Híjar a la del alcalde con la vara de mando desde el centro de la plaza. En Andorra la señal fue la corneta y el bombo, lo mismo que en Samper donde todas las miradas para empezar se centran en los alabarderos. Entre corneta y bastón de mando se reparten las esperas en Alcorisa, en Urrea de Gaén volvió a ser el toque del ‘campanico’ de la torre de la iglesia, mientras que en La Puebla de Híjar, el protagonismo desde hace dos años se lo lleva el bombo gigante en la plaza. Sobre su piel dan los primeros mazazos los Tambores de Honor de cada año, un privilegio que en esta ocasión le fue concedido al Grupo de Comunicación La COMARCA.

La Semana Santa bajoaragonesa fue anoche seguida por diferentes autoridades. La ministra Pilar Alegría presidió y participó en los actos de Andorra y el presidente de Aragón, Jorge Azcón, vivió en primera persona el Romper la Hora de Híjar.

Albalate del Arzobispo

Quedaba media hora para que en Albalate estallase uno de los momentos más importantes del año, sin embargo, en su plaza principal, la del ayuntamiento, apenas había una docena de cuadrillas desperdigadas. Eso sí, vestidos con una túnica negra y un pañuelo blanco anudado al cuello y portando tambores y bombos, no cabía duda de que tenían un mismo propósito. La calma no duró mucho. A las doce menos veinte, una marea negra desembocó desde las distintas calles perpendiculares. Era imposible caminar. Quien entraba a la plaza lo hacía consciente de que no saldría de allí hasta los rosarieros. La noche era cálida con algo de cierzo, pero, aunque no lo hubiera sido, nadie lo habría notado.

Las puertas del balcón se abrieron a menos diez. La alcaldesa, Celia Trullén, estaba emocionada. Era la primera vez que estaba arriba en vez de abajo, con la responsabilidad que ello conlleva. «Quedan cinco minutos, ahora dos, treinta segundos…», iba diciendo a los miembros de la corporación municipal que la arropaban, sin despegar la mirada de su reloj de muñeca. Y, por fin, cuando las saetas se unieron en el doce, bajó el pañuelo blanco para anunciar a sus vecinos que rompieran el silencio.

Algunos también rompieron en lágrimas. Como Pilar Garín, una albalatina «orgullosa» que se marchó del pueblo hace 54 años, pero que siempre regresa con su familia por Semana Santa. Estaba junto al bombo gigante y pidió a los jóvenes que lo custodiaban si le dejaban tocarlo. Un mazazo, otro mazazo, otro, otro y otro… Pilar sonreía con las comisuras de los labios cada vez más estiradas y los ojos más empañados. Miraras hacía donde miraras, esa cara se repetía.

Albalate del Arzobispo en el acto de Romper la Hora

Albalate del Arzobispo en el acto de Romper la Hora / Sofía Fondevil

Alcorisa

Los pronósticos cumplieron y respetaron. Ni rastro de la lluvia en la noche del Jueves Santo en Alcorisa. En lo climatológico únicamente el cierzo perturbó, en cierta medida, uno de los más icónicos momentos para la localidad en todo el año: el Romper la Hora desde la plaza de los Arcos.

La tradición manda: identidad y pasión. Desde lo alto del balcón del antiguo Ayuntamiento el alcalde -Miguel Iranzo- dio la señal a sus convecinos tras el toque de la corneta al superar las 0.00. Del silencio casi absoluto al estruendo de los tambores y bombos que retumbaron por toda una plaza que una vez más quedó tintada de morado y sin atisbos de verse el suelo. Así pues, con el tan característico sonido tamborilero Alcorisa se fusionó en uno durante la sucesión de los siguientes minutos. Eso sí, no sin antes superar un susto como pocos en los instantes previos. El manojo de llaves necesario para acceder al balcón del antiguo Ayuntamiento no aparecía y no quedo resuelto poco menos de cinco minutos antes de las 0.00. Al final todo quedó en anécdota pero el sobresalto entre los miembros de la corporación tardó unos minutos en pasar.

Por su parte, fue cuestión de minutos el protagonismo de los Arcos como ubicación. No tardaron los primeros alcorisanos en desfilar por el casco urbano a ritmo de maza y redoble. Eso sí, una hora antes la replaceta y los aledaños lucían desocupados con los vecinos agolpados en los bares colindantes. Apenas una veintena de alcorisanos coparon durante los primeros minutos de la última hora de Jueves Santo la plaza. Incluso algunos de ellos todavía iban túnica en mano. Todo, por supuesto, cambió en minutos.

Caída la noche Alcorisa aguarda ya cuenta atrás para el más característico hecho de su Semana Santa: el Drama de la Cruz. Su 46ª edición tendrá lugar en el monte Calvario a partir de las 17.00

Clamor en el acto de Romper la Hora en Alcorisa

Clamor en el acto de Romper la Hora en Alcorisa / Eduard Peralta

Andorra

Un mar negro de túnicas rompió el silencio de una fría noche en la que ni pequeños ni mayores se quedaron en casa. «Dale fuerte», le decía un abuelo a su nieta mientras ella sujetaba el tambor con fuerza.

El vibrar llegó, pero lo hizo, un año más y como es ya costumbre, siguiendo el sonido de la corneta de Manolo. Un característico toque que toda una plaza a rebosar esperaba. Tras él, fue primero el alcalde, Rafa Guía, quien le siguió al bombo desde el balcón. Poco tardaría el resto de ahí presentes en coger la maza. Una visiblemente emocionada Pilar Alegría, Ministra de Educación, hizo suyo el toque y ese sentimiento. Lo hizo desde lo alto, y también a pie de calle tocando el bombo gigante.

Sería solo el punto de partida. Tras Romper La Hora, la noche se alargó con San Macario como siguiente destino con las antorchas guiando el camino al Cristo de los Tambores.

Andorra en el acto de Romper la Hora

Andorra en el acto de Romper la Hora / Nerea Altaba

Hijar

Los nervios son uno de los sentimientos que los hijaranos comparten los minutos antes de romper la hora, pero si hubo uno que anoche notó la presión más que nadie ese fue el alcalde Jesús Puyol. El primer edil afrontó con «respeto y mucha emoción» su labor como encargado de marcar el inicio del toque. Y es que, como cada año, cuando parecía que ya nadie mas cabía en la plaza la marea negra volvió a abrirse para dejar paso a Puyol.

Por el camino se sucedieron los saludos y las muestras de ánimo, eso sí, sin perder el silencio total. Siguiendo la estela de su predecesor, Luis Carlos Marquesán, a golpe de vara, el alcalde consiguió que todos sus convecinos hicieran vibrar el sueloa golpe de tambor. La noche, como no puede ser de otra manera en el Bajo Martín, terminó con los rosarieros cantando coplas de madrugada.

La Puebla de Hijar

En La Puebla de Híjar, palillos y mazas en alto apuntando al cielo esperaban cada vez más impacientes a que el reloj del ayuntamiento marcase las doce en punto. La espera se despejó cuando el rompedor en el bombo gigante de la plaza levantó la suya y la estampó en un golpe seco sobre la piel respondiendo al sutil gesto del alcalde, Pedro Bello, que a su lado le indicó que ya era el momento.

Raimundo Cubeles, presidente del Grupo de Comunicación La COMARCA que este año ha sido la entidad reconocida con el Tambor de Honor, junto a Eva Defior, su directora; y Beatriz Severino, periodista y receptora de los Palillos del Cese de 2023, fueron quienes rompieron la Hora sobre el bombo de la plaza. El ambiente, más que animado entre cuadrillas de amigos y familiares, se fue caldeando más y más hasta dispersarse por las calles de la localidad.

La Puebla de Hijar en el acto de Romper La Hora

La Puebla de Hijar en el acto de Romper La Hora / Lidia Gros

Samper de Calanda

Cientos de cofrades tocaron codo con codo el toque común que con paciencia esperaron durante los segundos de silencio que precedieron al estruendo. Para muchos de ellos, como Maitane Calatayud, es la fiesta «que más espera durante el año». También es un momento en el que se reúnen «la familia y los amigos, nos hace mucha ilusión juntarnos para Romper la Hora cada año, es una tradición», destacó, por su parte, José Luis Bes. Desde luego, en sus caras era inevitable no ver la emoción y la pasión en los ojos de los participantes que también hicieron bandera de su municipio a golpe de tambor y bombo.

Acto de Romper la Hora en Samper de Calanda

Acto de Romper la Hora en Samper de Calanda / Sofía Fondevilla

Urrea de Gaén

En el mismo lugar donde este sábado a las ocho de la tarde la alcaldesa, Silvia Blasco, marcará el cese de los toques agitando el pañuelo blanco de su cuello, anoche cientos de personas se volvieron a ver las caras. A minutos de medianoche las cuadrillas fueron llegando poco a poco hasta cubrir del negro de las túnicas el suelo de la plaza de la Iglesia. La imagen congelada de los segundos previos se reactivó con el sonido del ‘campanico’ de la torre, que marcó la Hora. A partir de ahí, toques en común y subida al Calvario con los Despertadores.

El resto es ya historia para los cientos de urreanos pequeños y mayores que, teñidos de negro, tocaron al unísono plagados de orgullo. Las caras de emoción reflejaban el momento único vivido y junto al sonido de sus tambores que pregonaron al mundo entero su toque.

Acto de Romper la Hora en Urrea de Gaén

Acto de Romper la Hora en Urrea de Gaén / Alba Zurita

 
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