Una "senda de vida": así funciona el Banco de Sangre y Tejidos de Aragón

"Si quieres salvar una vida, entra". Es el cartel que, visto desde la calle, da la bienvenida al Banco de Sangre y Tejidos de Aragón. Acaban de entrar David y Juanjo. Tienen 19 años y no es la primera vez que acuden a donar sangre. De hecho, lo han convertido en un hábito. "Solemos hacer quedadas; en cuanto se puede, venimos". Al mismo tiempo que ellos entran, en el sótano acaba de llegar un pedido desde el Hospital Militar, que va preparando para Susana, una de las técnicas de Laboratorio.

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Una "senda de vida" recorre los pasillos de este edificio de paredes blancas ondulantes y detalles rojos, desde que entra la material prima, los donantes, hasta que las plaquetas, el plasma y los hematíes salen perfectamente preparados para atender un accidente de tráfico, un parto que se complica o un quirófano de Traumatología.

"Una persona que dona sangre, que lo hace de una manera generosa, altruista, sabe que está dando su vida, su sangre, va a llegar a otra persona que no conoce, y que se les transfundirá en un momento vital para su existencia, vital y urgente" porque "si no la recibe, puede morir", describe Rosa Plantagenet, gerente del Banco de Sangre y Tejidos de Aragón.

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Sala de donación

Preparado para atender a los donantes está Carlos: es enfermero. "Tiene que rellenar una encuesta, si toman alguna medicación, si han pasado alguna enfermedad reciente, si han estado en algún viaje reciente fuera de Europa..." Se les toma también la tensión arterial o la hemoglobina capilar. Y el donante ya pasa a la sala de donación.

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"Después del pinchazo, de unos diez minutos, pasan otros diez minutos tumbados, recuperándose", explica Carlos. "Les hacemos que se sienten, les damos líquidos y luego ya les damos algo de comer y seguimos insistiendo en la bebida y luego les dejamos en una sala aquí al lado para que estén tranquilamente":

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Una "responsabilidad"

Tumbado en unas de las camillas está otro Carlos, que lleva donando "desde que tengo 18 años, así que 25 aniversario". Acaba de donar por aféresis, es decir, plasma. Es vecino del barrio pero vive en Alemania. "La sangre no se hace, no sale de los árboles y no se fabrica en una máquina; sale de nosotros y sirve para muchas enfermedades y es la única forma de tratarlas y que la gente mejore".

Para Carlos, acudir a donar "es una responsabilidad y es algo en lo que todos podemos contribuir; no todo el mundo puede hacerlo; yo que puedo e incluso, mi doctora me recomienda que done sangre porque es apropiado y siempre doy muy buenos valores pues ¿por qué no hacerlo?"

Y subiendo

David, Juanjo y Carlos son tres de los casi 29.000 donantes de sangre en Aragón. A lo largo de 2023 hubo 42.480 donaciones, lo que supuso un aumento de un 3% respecto al año anterior. Y en 2024 siguen subiendo. En lo que llevamos de año, se han realizado 10.100 donaciones, un 10% más que en el mismo periodo del año pasado.

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Aragón es autosuficiente y parece magia, pero no lo es. "Lo que se hace con la sangre es que se fracciona en tres productos: hematíes, plaquetas y plasma", detalla Rosa Plantagenet. Detrás, investigación y ciencia.

Entre centrífugas y ultracongeladores

Lo comprobamos en los sótanos: "La sangre que estamos ahora introduciendo en las centrífugas son las donaciones de ayer; ahora está todo automatizado y aquí en la centrífuga introducimos cuatro bolsas de sangre, de cuatro donantes diferentes y a los 20 minutos obtenemos la separación de los componentes", nos explica Susana, que nos guía por los laboratorios del Banco de Sangre y Tejidos de Aragón.

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"Los glóbulos rojos se ponen en este perchero para quitarles los leucocitos, luego se guardan en una cámara entre 4 y 6 grados; el plasma se ultracongela y con las plaquetas hacemos los purés de plaquetas", continúa. En una sala contigua, las cámaras de frío, donde "guardamos los concentrados de hematíes y en otra cámara tenemos el plasma a -30 grados, que tiene una caducidad de dos años".

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Listas para salir

En el pasillo, neveras preparadas para salir y trasladar esas bolsas de vida a quien, en este momento, lo pueda necesitar un paciente en cualquier hospital de Aragón, como el Hospital Militar, donde comenzaba este reportaje. Detrás, una amplia operación de logística, que empieza por entrar al Banco de Sangre, como han hecho David, Juanjo y Carlos, para salvar una vida.

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