Culpa, miedo y vergüenza, la carga que sobrellevan las víctimas de acoso

Zaragoza

Los jóvenes de hoy en día saben lo que es el ciberbulling, sexting, sextorsión o el grooming. Nuevos conceptos que como explicaba en el programa Hoy Por Hoy Zaragoza, la periodista y formadora Livia Álvarez "no les son ajenos", de hecho, "saben más de lo que nos pensamos y menos de lo que necesitan saber".

En sus charlas por los colegios, Álvarez ha comprobado que comparten el sentimiento de que "a ellos no les va a pasar y que saben protegerse". Son los centros educativos lo que, dice, sienten más "la falta de apoyo y herramientas para abordar estos casos".

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Ciberespacio

Pero al acoso que se produce en el aula hay que sumar el que llega por las redes. Desde la Unidad de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional aseguran que cada vez las víctimas son más jóvenes "si antes eran casos en chavales de unos 15-16 años ahora ya trabajamos con niños de 8".

José María Otín, jefe de la unidad, señala que el ciberacoso escolar no existe penalmente y que por ello hay que encajar estas conductas en algunas de las tipificadas como delito, generalmente amenazas y coacciones. "Normalmente estos casos se suelen resolver con el grupo de menores, a través de la mediación entre las familias y el centro educativo". Ya "en los casos más graves y si el menor tiene edad suficiente se traslada a la Fiscalía de menores".

Otín apunta que uno de sus primeros cometidos cuando llegan las víctimas es "intentar aliviar su carga, porque se entremezclan los sentimientos de culpa, carga y vergüenza". Se da también la circunstancia de que estos menores"en la mayoría de los casos tardan mucho tiempo en hacer partícipes de su situación a la familia o a los profesores".

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El castigo cuando se trata de menores, sigue diciendo, va en la línea de medidas reeducativas como "asistir a cursos, trabajos sociales, justicia restaurativa con la víctima para ser conscientes del daño que han causado".