Selecciona tu emisora

Ir a la emisora
PerfilDesconecta
Buscar noticias o podcast

La dignidad de los barrios que empujó hacia la democracia

Julián Casanova apunta en su libro "Franco" que las protestas desde los barrios, pidiendo condiciones dignas de vida, fueron claves en la lucha de las ciudades contra la dictadura

Entrevista Julián Casanova

Entrevista Julián Casanova

00:00:0010:52
Descargar

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

Zaragoza

El historiador Julián Casanova, catedrático de la Universidad de Zaragoza, ha recordado en Hoy por hoy Zaragoza que "los movimientos vecinales fueron claves en la transición a la democracia". Lo ha afirmado al hilo de su último libro, Franco, con un mensaje claro: "la dignidad de los barrios también ha cambiado la historia".

Casanova ha explicado que, "durante los primeros veinte años de franquismo, apenas ha existido resistencia salvo la guerrilla y algunas huelgas. Pero en los años sesenta, el desarrollo económico ha llevado a más de cuatro millones de personas del campo a la ciudad. Ese éxodo ha generado una nueva fuerza social: vecinos y vecinas que han reclamado agua corriente, asfaltado, colegios y espacios para convivir".

Además, ha recordado que no han sido protestas para derrocar al régimen, sino para vivir mejor y con dignidad. Muchas han estado ligadas a las fábricas, donde el nuevo proletariado, en vez de dedicar su tiempo libre al ocio, se ha reunido para luchar por mejoras en sus barrios.

Dentro de todo esto, las mujeres han tenido un papel esencial porque reivindicaron mejores condiciones para sus hijos, una identidad propia y el fin de una desigualdad que perpetuaba privilegios en la educación y la riqueza. El Movimiento Democrático de Mujeres ha sido, según Casanova, una pieza importante de esta movilización.

La Iglesia también ha aparecido en este mapa. Tras el Concilio Vaticano II, un sector se alejó del franquismo y ha apostado por abrir España a Europa. Algunos sacerdotes trabajaron en fábricas, hablaron de marxismo y conectaron con los problemas reales de obreros y obreras. Las comunidades cristianas impulsaron desde las parroquias actividades, formaron a mujeres y apoyaron las protestas vecinales.

Esa colaboración provocó que muchas reivindicaciones, inicialmente no políticas, acabaron chocando con la represión. “Movimientos inofensivos en democracia —ha dicho— se convirtieron en protesta contra la dictadura porque el régimen los ha reprimido”.

Zaragoza ha sido un buen ejemplo de todo esto que documenta en su libro Casanova. Barrios como Torrero o el Picarral reunieron a vecinos, mujeres y comunidades cristianas en torno a peticiones de transporte, agua o asfaltado. Y, a partir de ahí, empujaron hacia lo que más ansiaban: libertad y democracia.

Casanova ha insistido en que estas luchas han formado parte esencial de nuestra historia. “No aparecen en los libros de texto ni en los exámenes —ha recordado—, pero han construido la democracia tanto como las grandes decisiones políticas”.

Para el historiador, es un deber reconocer a quienes han luchado durante años en silencio. “Han creído en un mundo mejor y lo han hecho posible, aunque a veces los sueños se hayan convertido en pesadillas. Merecen gratitud y memoria”.

 

Directo

  • Cadena SER

  •  
Últimos programas

Estas escuchando

Hora 14
Crónica 24/7

1x24: Ser o no Ser

23/08/2024 - 01:38:13

Ir al podcast

Noticias en 3′

  •  
Noticias en 3′
Últimos programas

Otros episodios

Cualquier tiempo pasado fue anterior

Tu audio se ha acabado.
Te redirigiremos al directo.

5 "

Compartir