Sociedad

"¿Cómo lo voy a llevar? ¡fatal!": para el puente de agosto, unos se van y otros se quedan...

Zaragoza se vacía en el puente más importante del verano, mientras unos disfrutan de las fiestas de los pueblos o de la playa, a otros les toca trabajar

El puente de agosto deja una Zaragoza vacía / Pilar García Atienza

Zaragoza

Persianas bajadas, carteles que se repiten con el clásico, "cerrado por vacaciones" y calles y establecimientos casi vacíos. Así afronta Zaragoza el puente más famoso del verano.

Son muchos los que se van, casi todos se han ido, pero unos pocos, se quedan porque toca trabajar, ¿Cómo se lleva?

Calor y más trabajo

En una residencia de mayores, Mari Carmen dice que "fatal, con mucho esfuerzo, no nos vamos a engañar". Mari Carmen trabaja en la residencia de mayores ya tuvo que renunciar a las fiestas de San Lorenzo en Huesca y este puente se vuelve a repetir.

Lo que peor lleva aún con todo, es el calor, "dices, todos de fiesta...yo trabajando. Te baja la moral un montón" y no esconde que la falta de personal en el trabajo en esto días lo hace más difícil.

Una guardia más

Sin embargo, para el jefe de sección de la UCI Pediátrica del Hospital Miguel Servet, Juan Pablo García este puente no es especialmente duro, las guardias son constantes y, aunque se nota la falta de personal médico estos días también baja algo la presión por eso.

"Hay menos problemas respiratorios en verano, pero el resto de patologías siguen existiendo. La verdad es que ahora estamos bastante entretenidos. Este verano no hemos notado el descenso porque tenemos casos bastante complejos", señala y una ocupación del 70 % en la unidad.

Problemas de convivencia

Zaragoza y otras ciudades se vacían, y no todo el mundo lo lleva bien. Según Cristian Aventín, portavoz de la Policía, ellos lo notan y mucho en el tipo de sucesos que se producen. "La gente que se ha quedado aquí pues hace unos días de mucho calor, les gustaría estar fuera de vacaciones en realidad, y sí que vemos que hay problemas de convivencia en domicilio."

Según Aventín "son servicios en los que hay que ir sabiendo que no vamos a encontrar gente muy crispada" y añade que "hay gente que se ha tenido que quedar en sus casas, que no se puede ir de vacaciones, y que además pues no ocupan el día en ningún trabajo o en lo que sea, pues notamos ciertas llamadas a lo mejor de problemas de convivencia."

Huyendo de las multitudes

Sin embargo una ciudad más vacía es un atractivo para otros como Anne propietaria de las cafeterías Le Petit de Zaragoza que estos días mantiene abiertas sus establecimientos, "a mi al revés, como no soporto tanta gente, encantada de la vida".

Farmacias, panaderías o restaurantes bajan persianas en las ciudades y aprovechan agosto para descansar. Otros como Anne ven en el hecho de trabajar estos días una oportunidad, "precisamente como muchos cierran, nosotros trabajamos."