Menos cotillones y más cenas para llevar esta Nochevieja
Los establecimientos hosteleros de la provincia ofrecen una amplia gama de posibilidades para despedir 2019 y dar la bienvenida a 2020


Los establecimientos hosteleros de la provincia ultiman los detalles para la celebración de Nochevieja este martes, con propuestas muy variadas, que van desde los cotillones en grandes restaurantes hasta el cada vez más frecuente reparto de cenas para que los comensales las degusten a domicilio.
Manuel del Valle, vicepresidente de Cafés y Bares de la Asociación Provincial de Hostelería de Huesca, explica que en la provincia la Nochevieja se celebra “tanto grandes cotillones como con fiestas en bares y establecimientos de copas”. Y subraya que una apuesta que cada vez tiene más seguidores es encargar el menú en nuestro restaurante preferido y llevárselo para cenar en casa.
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Del Valle recuerda que la gran mayoría de restaurantes de la provincia son familiares, por lo que no abundan los cotillones de gran formato, que incluyen cena y fiesta posterior, en el Alto Aragón.
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Lo que está claro es que la campaña navideña es una de las más importantes para el sector de hostelería de todo el año, y hay buenas previsiones en este 2019 por el alto nivel de ocupación “tanto en el Pirineo, como en Huesca capital y otras zonas”, manifestaba Del Valle.
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Sin grandes cotillones desde 2016
Por lo tanto, un año más la capital oscense no tiene grandes cotillones esta Nochevieja. Hay que remontarse a 2016, cuando la Peña Los que Faltaban celebró el último en la plaza de toros. Atrás quedaron los que celebraba el Ayuntamiento en el Casino o en el Palacio de Deportes.
Incluso varias peñas recreativas llevaron a cabo los suyos, hasta que una avalancha al término del cotillón de la Peña 10 d’agosto, en el inicio de 2010, causó heridos, pérdidas de abrigos, numerosos problemas, y los responsables decidieron que la organización de estos eventos y los altos costes de seguros así como la tramitación administrativa hacían inviable la organización de estas fiestas.
Esta tesitura beneficia a los bares de noche de la ciudad, que sí que organizan sus propias fiestas de cotillón, después de que cada uno se tome las uvas, generalmente, en su casa. También los jóvenes se organizan en pisos para pasar allí las primeras horas del nuevo año, y después salen hacia las zonas de bares, en el entorno de la Catedral, o en el Tubo.
La actual oferta de fiestas de cotillón en establecimientos privados trata de llegar a un público amplio y variado, aunque cabe recordar que cada vez están más en boga los viajes a otras ciudades y los alojamientos en casas rurales del Pirineo. En cualquier caso, hay muchas y muy variadas opciones para terminar el año en la provincia, y comenzarlo con buen pie tras una noche de diversión.
La tradición de los cotillones de Nochevieja se remonta al año 1999 cuando el Ayuntamiento oscense comenzó a organizarlo en el Palacio de los Deportes. Con el paso de los años, la demanda de este tipo de fiestas fue descendiendo.




