Fernando Labrador muestra su trabajo 'Cuando el arte cura el alma' en Gijón
"Más que artista me gusta considerarme autor, artesano, autodidacta y asturiano", ha apuntado
El escultor gijonés Fernando Labrador expone en el Muro del Hotel Abba hasta el 11 de agosto.
Gijón
El hall del Hotel Abba de Gijón acoge hasta el 11 de agosto la exposición de Fernando Labrador. El gijonés se considera autor más que artista "tengo las cuatro 'as'" bromea, añadiendo en su definición la de artesano, asturiano y autodidacta. Aunque reconoce que ya apuntaba maneras en lo escultórico cuando de pequeño modelaba la plastilina, no fue hasta que se jubiló de su trabajo en la metalurgia tras más de cuatro décadas, cuando comenzó a dedicarse de lleno a esculpir. "Ojalá hubiera podido dedicarme a ello en lugar de estar tras una mesa de administrativo", ha reconocido en A vivir que son dos días Asturias.
El revulsivo final para que este escultor autodidacta se entregara de lleno a la creación se produjo tras sufrir un duro golpe personal en 2004, "una hecatombe emocional" de la que salió gracias a centrarse en su arte. "Ahora es una parte importante de mi vida, aunque no vivo de ello, disfruto muchísimo", ha asegurado y hoy día para él sería imposible dejar de hacer esculturas. Las "hago realmente para mí con todo el cariño del mundo y siempre como si fuera la primera o la última. Si luego gustan y se venden perfecto", ha dicho.
Connotaciones sexuales y raciales
Sus esculturas están hechas en gres. "Toda la materia prima es gres que va cocido a 1.000 grados, proceso laborioso porque si va esmaltado requiere de otra cocción y el horneado puede ensalzar la obra o destruirla. Es siempre una sorpresa cuando salen del horno, no sabes qué pasará al 100%", ha reconocido el escultor. Además las figuras se muestran en algunos casos sobre maderas u otros materiales a los que adhiere sus piezas cerámicas y a estas materias las llama "los restos del naufragio" ya que según ha apuntado los rescata en playas, objetos que trae el mar o que encuentra en su paseo por el monte a su paseo. "No tengo la idea clara de cómo quedarán esas esculturas naturales, pero sé que van a tener doble valor porque con mi intervención vuelven a cobrar vida", ha contado.
Todas las piezas evidencian la gran personalidad de su autor que deja que la sorpresa le lleve a la creación de personajes míticos de la ciudad, como Rambal o La Perala, a la que ha vestido con bisutería familiar: "Soy muy barroco, me encanta recargar mucho las piezas". En la muestra hay también muchas otras esculturas vinculadas a la música, un homenaje a Nina Simone, a Josephine Baker, Frida Kahlo o al jazz y al blues gracias a una trompeta que encontró en el rastro. "Uso los títulos de algunas canciones como inspiración", ha explicado cuando uno se cruza con 'Corazón partío' o 'Trinia'.
Begoña Natal
Conductora del programa regional A vivir que...