El fondo de armario del Sporting no abriga lo suficiente para el invierno
Batacazo rojiblanco en la Copa del Rey, al caer eliminado por Unionistas (2-0), un golpe que rubrica un mal mes para el equipo gijonés
¿Se está cayendo el Sporting en el último mes? La pregunta lanzada así a bocajarro y de sopetón, puede parecer absurda e irreverente. Quien solo mire la clasificación en La Liga constatará una realidad indiscutible: el equipo está en una gran situación y superando las expectativas más optimistas. Pero quien vaya más allá y analice la trayectoria del equipo en el último mes, cuando menos dejará espacio para la duda. Desde hace cinco jornadas el Sporting mantiene el segundo puesto, sí, pero ha dejado escapar 7 puntos frente a los tres últimos clasificados y no parece que las sensaciones futbolísticos de aquel equipo avasallador e intenso hayan sido las mismas. Y, aunque esté en otro plano, ahora hay que sumar la eliminación de la Copa del Rey a manos de un equipo de inferior categoría y con una imagen nefasta. ¿Está perdiendo fuelle el equipo o está pasando un bache lógico o natural, como el que todo conjunto pasa durante una temporada? En realidad nadie tiene la respuesta; solo el tiempo y los acontecimientos lo dirán.
El partido del Sporting ante Unionistas fue un bochorno de esos a los que el equipo ya tenía acostumbrada a su afición en otras épocas. No vale justificarlo con el ridículo de otros. Costaba identificar, en varias fases del partido, cuál era el equipo de superior categoría. Y el Sporting jugaba con suplentes, sí, pero es que enfrente tenía al décimo cuarto clasificado de Primera Federación, que también había hecho rotaciones. Y claro que el Sporting tuvo algún momento de superioridad en el partido (solo faltaba), como también los tuvo en los encuentros contra el penúltimo y el antepenúltimo de Segunda División (solo faltaba) pero tampoco vale como excusa.
La realidad es que muchos de los jugadores suplentes del Sporting demostraron en el Reina Sofía por qué lo son. El fondo de armario de la plantilla no abriga lo suficiente como para pasar el invierno.
El primer gol de Unionistas llegó en un fallo claro del portero Christian Joel, muy desafortunado durante toda la tarde. Más le vale al Sporting que 2024 le traiga a Rubén Yáñez mucha salud. A partir de ese gol a balón parado, ahí todo se complicó. Pasaban los minutos, y aunque el equipo gijonés aparentaba cierta superioridad, Unionistas vivía terriblemente tranquilo. El Sporting no chutaba a puerta ni hacía el más mínimo amago de inquietar al rival. Jeraldino, al que todo le sale mal desde que llegó a Gijón, se retiró lesionado. El recambio fue Esteban Lozano, pero tras el descanso Ramírez ya se vio obligado a recurrir a Djuka, que tampoco es solución a ninguno de los problemas de ataque del Sporting, como volvió a quedar demostrado. Un remate por encima del larguero en su primera intervención dejó claro que sigue en su particular bache.
Si la primera parte fue mala, la segunda fue un horror. Pronto marcó Unionistas el segundo, en otra acción a balón parado: un córner horriblemente defendido por el Sporting, que se estrelló en el larguero y Sergio Camus, de chilena, batía a Christian Joel, mal colocado.
De ahí hasta el final el Sporting fue un disparate de equipo, con un rival crecido que hizo las cosas con bastante más criterio y que a la contra pudo endosar al cuadro gijonés una goleada aún mayor. Hassan, el único que había creado algo de peligro en la primera mitad, se apagó definitivamente; el equipo no ganaba un balón, perdía las disputas, Villalba no lograba darle ningún criterio al Sporting desde mediocampo y Djuka y Lozano directamente no existían. El equipo se perdía con pases en horizontal, pérdidas constantes y pocos y malos centros que nunca encontraban rematador. Un desastre.
Al caos final se sumó la marrullería del entrenador de Unionistas, expulsado tras provocar una enorme tangana, y el desagradable incidente de los jugadores del Sporting con algunos aficionados rojiblancos que les increparon. Otros, simplemente, pitaron al equipo por ofrecer una imagen inaceptable que, se quiera o no, reabre las dudas. Si quieren zanjar el debate, los rojiblancos deben hacerlo en el campo en los próximos partidos. Y ojo que vienen curvas: toca enfrentarse a Levante, Leganés y Éibar. Hay que demostrar, antes del parón, que lo del último mes solo ha sido un bache. Pero que al menos ha sido eso, ya nadie lo puede negar.
David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de...