Fútbol

El Sporting resiste en El Molinón

Los rojiblancos ganan 2-0 al Cádiz, encadenan el quinto triunfo seguido como locales y se codean con los mejores de la categoría

Los jugadores del Sporting celebran el gol de Gaspar al Cádiz. / LaLiga

Gijón

Este Sporting va en serio. Encadenar cinco victorias como local son ya palabras mayores. Unas han sido más brillantes, otras más sufridas. Ante el Cádiz el Sporting tuvo que ponerse el mono de trabajo para sumar un triunfo que le lleva a codearse plenamente ya con los mejores de la categoría. Con emoción, como le gusta a este equipo y (no lo neguemos) también a El Molinón, temblando ligeramente más por la escasez de la ventaja que por verdadero peligro del rival, el Sporting logró un triunfo más que provisionalmente le colocaba en ascenso directo y que confirma la velocidad de crucero de un Sporting competitivo y que, cuando no luce, también sabe sufrir.

El Sporting empezó mucho mejor que el Cádiz. Un fallo increíble de Juan Otero, que pelea lo indecible pero que no tiene olfato de gol, le impidió adelantarse a los diez minutos: el colombiano solo tenía que empujar el balón que le sirvió desde la línea de fondo Dubasin, pero erró increíblemente. El tanto hubiera coronado una jugada preciosa, en la que previamente Nacho Méndez y Gaspar Campos habían estado sublimes en la conducción.

Tuvo que ser fuego amigo el que adelantara al Sporting. Chris Ramos desvió un balón de Gaspar que ya buscaba portería.

El Sporting quiso aprovechar el momento de shock de su rival y apenas un minuto después protestó una posible falta de Martos sobre Otero, cuando este se plantaba solo en el área y siendo el lateral el último defensa del Cádiz. El árbitro dejó seguir.

Si hay una asignatura pendiente en este Sporting es el manejo de las ventajas. El equipo dio varios pasos atrás, preocupando por momentos a su afición por la imposibilidad de salir de su propio campo. Aunque hay que valorar el trabajo defensivo de los rojiblancos, porque si bien fueron momentos de cierto agobio, en realidad el Cádiz no tuvo ocasiones; nada más allá de un balón a la espalda de la defensa, entre Guille Rosas y Olaetxea, que Carlos Fernández centró desde línea de fondo pero que Yáñez atrapó sin problemas en el primer palo. Peccata minuta.

El fantasma de lo sucedido en Albacete empezaba a sobrevolar El Molinón. No se podía dejar escapar esta victoria y el mínimo error podía echarlo todo por tierra. El Sporting empezó a sacudirse el dominio visitante y con las entradas de Campuzano o Queipo dio un paso adelante. El asturiano estuvo a punto de sentenciar el partido en el minuto 85, con un remate de cabeza a centro de Dubasin que se marchó ligeramente desviado. Tuvo que ser Campuzano, quizás el hombre que mejor aprovecha sus minutos en el planeta Tierra, quien transformara el penalti por mano de Víctor Chust. Impecable ejecución del delantero, ya superado el minuto 90, para cerrar el partido.

Mientras el Sporting festejaba se liaba la mundial en las áreas técnicas, con la polémica expulsión de Paco López (entrenador del Cádiz). Nada que afectara a un Sporting que sigue erre que erre, empeñado en demostrar que es capaz de plantar cara a cualquiera y, si nada se estropea, de pelear con los mejores.

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de...