Héctor Salvador: "Hay que cortar de raíz el uso de plásticos"
El primer español en descender a la fosa de Las Marianas se muestra esperanzado sobre la vida en los océanos ya que "la naturaleza ya ha demostrado su gran capacidad para regenerarse"
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Asturias
Los microplásticos han colonizado el 70% de los océanos y han llegado a las aguas más profundas del planeta, además de haber pasado a la cadena alimentaria humana. Lo confirma el científico y piloto de batiscafo Héctor Salvador, primer español que descendió a la fosa marina de las Marianas, la más profunda del mundo a casi 11.000 metros de la superficie. "Encontramos grandes plásticos: redes de pesca, neumáticos, bolsas de patatas fritas... Llegar a un fondo marino único y ver eso es muy llamativo. Debemos tener en cuenta que solo flota el plástico que es menos denso que el agua, pero la mayoría están en el fondo y no son tan fáciles de recoger con redes como el resto. En los fondos es donde está el gran problema y la única solución es concienciar a la sociedad. Es muy difícil concienciar a la sociedad y a los gobiernos porque es complicado pasar un día entero sin consumir plásticos. Tiene que venir desde arriba el cortar de raíz el uso de plásticos. Cada día hay más. Cuando nos hayamos ido del planeta, los plásticos que hemos dejado aquí seguirán".
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El científico lucense, que esta semana participó en el Acuario de Gijón en el Wild Oceans FilmFest, no cree que nuestros mares estén heridos de muerte: "No hay que ser tan negativo. La naturaleza demostró durante la pandemia su gran capacidad para regenerarse". Pero cada año se vierten al mar más de 3.000 toneladas de plástico cuyas consecuencias más inmediatas son claras: "Como eso no se digiere, va llenando los estómagos de animales que se sienten empachados, llenos, y como consecuencia se desnutren. Luego se los comen otros animales que acaban intoxicándose también y finalmente llegan a los humanos".
Para Salvador, la fosa de las Marianas fue una experiencia que le permitió "encontrarnos especies nuevas de gran tamaño. Cuando llevas 15 minutos en el fondo y se percatan de tu presencia y la de los cebos que llevas encima, se forma un gran festín". Pero más allá de este espacio tan mediático, el científico tiene un reto pendiente: "Soy un gran fan del Cañón de Avilés. Uno de mis sueños es ver la fauna que ahí se encuentra con una expedición. Lo que nos podemos encontrar a más de 5.000 metros de profundidad podría poner de relevancia la magnitud de variedades que tiene España en su litoral. Además, en Avilés hay una de las mayores reservas de calamar gigante del mundo".
Ahora trabaja como piloto en un gran sumergible y la idea es dar la vuelta al mundo para trabajar en conceptos como el cambio climático.