El Sporting más sobrio se eleva a las alturas
Los rojiblancos consiguieron en Ceuta la segunda victoria de la temporada tras un partido en el que Yáñez se desquitó de su error de la primera jornada

Rubén Yáñez saca de portería durante el partido de Ceuta. / LaLiga

Gijón
Muy poco se le puede reprochar a un equipo que gana sus dos primeros partidos. Seis puntos de seis en plena fase de adaptación y construcción, con piezas importantes pendientes de adaptarse y, algunas, incluso de llegar. El Sporting de Asier Garitano, práctico y sin florituras, sin concesiones a la galería, ha empezado como acabó el curso pasado: compitiendo y sumando muchos puntos. El estilo gustará más o menos, pero la competitividad del equipo es evidente.
La visita a Ceuta era un partido trampa de manual. El viaje, el estado del césped, la obligación de ganarle a un recién ascendido al que el Valladolid había goleado en la primera jornada. Solo había dos objetivos: ganar y que no se hiciera daño nadie. Ambos se consiguieron.
El Sporting fue, claramente, de más a menos. A los cinco minutos el equipo ya ganaba en el Alfonso Murube, con otra asistencia de Juan Otero y otro gol de Gelabert. El palentino tuvo otra clara ocasión dos minutos después y Otero cabeceó un centro de Gaspar. Parecía que la tarde sería coser y cantar. Nada más lejos de la realidad.
Al Sporting se le empezó a hacer cuesta arriba la segunda parte. No había sentenciado el partido y el Ceuta, todavía vivo, no quería regalar la victoria. Garitano miró al banquillo, en busca de soluciones, y vio lo que tenía: de los doce jugadores suplentes, siete con nula experiencia en la categoría (Kembo, Mbemba, Justin Smith, Amadou, Enol Prendes, Justin Mancha y el portero Íker Venteo). Con algo de bagaje en la categoría, solo Eric Curbelo, Queipo, Pablo García, el portero Christian Joel y Jordy Caicedo, relegado ya en la segunda jornada por detrás de Amadou.
Ante este panorama Garitano apostó por el cerrojazo: defender lo conseguido. Y lo logró, aunque en esta ocasión gracias principalmente a Rubén Yáñez, que con una actuación brillante se desquitó del grave error que cometió ante el Córdoba. En su búsqueda de la solidez, el Sporting aún debe avanzar mucho, para evitar que el mejor del partido sea el portero.
Con estos mimbres, no tiene pinta de que este año haya muchas concesiones a la galería; posiblemente lo más inteligente y práctico para muchos, mientras otros lamentarán que el Sporting no pueda ofrecer algo más divertido de ver por el precio del abono. Mientras funcione y el equipo sume, se dará por bueno. Por ahora, impecable: seis de seis y a por la Cultural Leonesa, con otro Molinón lleno.

David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...




