El Principado relaciona el fracaso de las cacerías de lobos con las dudas sembradas por el PP sobre su legalidad

Oviedo

Pese a las pobres cifras de ejemplares abatidos desde la autorización de la caza del lobo en Asturias, el consejero de Medio Rural, Marcelino Marcos, ha protagonizado este martes en la Junta General, una vehemente defensa del plan de gestión y del programa de control de la especie, que prevé la extracción de 53 animales para minimizar los daños que las manadas causan con sus ataques a la cabaña ganadera. La oposición considera imposible llegar al objetivo, pero el Gobierno culpa precisamente al Partido Popular de haber boicoteado las cacerías en las reservas de caza sembrando dudas sobre su legalidad.

Las cifras son incontestables. De las casi 50 cacerías autorizadas por el Principado y celebradas en las reservas regionales, con participación de cazadores, el saldo es cero. Ni un lobo abatido. Son cacerías solicitadas para otras especies pero en las que los participantes tienen luz verde para disparar al lobo que se ponga a tiro. Ni por esas. El consejero presupone que acertarle aun lobo no es fácil pero además cree que los cazadores han sido desincentivados por el mensaje interesado del PP alertando de problemas legales a quienes colaboren con el Principado. Lo decía mirando al escaño del portavoz popular en la materia, Luis Venta, al que ha acusado de mentir al tiempo que defendía la total garantía legal de esas cacerías.

El Principado dice que ahora se centra en cacerías específicas en los cotos de caza, pero el PP cree que ni por esos. Con 12 ejemplares abatidos por la guardería en las 90 batidas realizadas en dos meses, la cuenta de Luis Venta es que hasta el final del programa de control el 31 de marzo habría que salir a cazar a destajo "Le doy permiso para no responderme y salir a cazar ya mismo" ha dicho venta. "Coya la escopeta porque no le va a dar tiempo".

El partido Popular sostiene que la consejería sólo ha intervenido en 11 municipios y que no ha disparado ni un tiro en los 67 restantes, y se ha sumado al coro de voces que en la última reunión del Consejo Consultivo del Lobo pidieron la dimisión del consejero.