Empantallados, poco emancipados y agilipollados

No es que me haya levantado hoy con la vena poética, o con ganas de hacer ripios, pero voy a contarles tres historias -con sus conclusiones correspondientes- y todas terminan en “-ados”.Primera: un judoka ha sido descalificado cuando en pleno combate se le ha caído al tatami ¡el teléfono móvil! Ha ocurrido en Bakú, en una competición de grand slam; o sea que no era ninguna tontería. Pero, claro, ¿qué carajo pintaba un iPhone en el kimono? Respuesta, o conclusión: estamos empantallados; no lo digo yo. Lo confirma un estudio publicado hoy mismo, según el cual nos pasamos once horas al día, once horas –de promedio- frente a algún tipo de pantalla.Segunda historia: los españoles están -estamos- a la cola de Europa a la hora de marcharnos de casa, de buscarnos la vida. Los suecos lo hacen a los 18 años; aquí no nos animamos casi hasta los 30. También es un dato de hoy, de Eurostat, y ya veremos luego por qué; si es sólo por tema económico o también existe un sustrato cultural, sociológico. Pero la conclusión es que en España estamos poco emancipados.Y tercera historia: un submarino científico ha batido el récord de inmersión en la fosa de las marianas, en el pacífico. Ha llegado casi a los 11.000 metros de profundidad. ¿Y saben que ha encontrado ahí? Mierda, basura, plásticos, restos de la contaminación provocada por el ser humano. Conclusión, esta es la última, pero la más rotunda: estamos agilipollados.