Reproche al olvido

La escritora Marguerite Yourcenar puso en boca del emperador Adriano que la memoria de la mayoría de los hombres es un cementerio abandonado donde yacen muchas vidas honorables. La expresión de la pena es un reproche al olvido, y la razón por la que se celebran actos que conmemoran las vidas de quienes murieron.

Lo que pasó el 11-M permanecerá en las vidas de las víctimas, pero en las nuestras ha ido seguramente desvaneciéndose. Por eso tiene sentido que hoy se recuerden aquellos atentados, para que respetemos el dolor incesante de las víctimas y para que recordemos lo que significa el horror. Para que no olvidemos lo que no se tiene que olvidar y para que esa experiencia nos ayude a comprender otros horrores que continúan asaltándonos, quizás un poco más lejos, quizás un poco más ajenos.

Por eso, quizás, hoy es también el día para recordar el informe de una de las Ongs más prestigiosas del mundo, Save The Children, sobre la situación sanitaria que sufren los niños bombardeados en Siria. Un país en el que el 60% de los hospitales ha sido destruido y donde los médicos se ven obligados a amputar extremidades a niños que sufren heridas serias ante la imposibilidad de tratarlas con otros medios menos terribles.

No olvidar nunca el dolor común de los inocentes.