Legalidad y democracia

"Por el momento, del combate que enfrenta al Gobierno de España con la Generalitat de Cataluña, lo único seguro es quienes serán sus perdedores. Serán los catalanes y el resto de los españoles. Resulta más difícil predecir quienes serán los ganadores, aunque uno aventura que ahora mismo es la Generalitat". Así lo sostiene el la Cuarta Página de El País Aurelio Arteta, catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universidaddel País Vasco, quienatribuye esa ventaja al silencio ejercido hasta ahora por el Gobierno deEspaña. "Se sabe que las pretensiones secesionistas catalanas son ilegales, pero hace falta probar ante los ciudadanos queson además ilegítimas. Y para eso convienen argumentosque privena tales pretensiones de su apoyo legitimador". "Democracia esvotar, proclama simplonamente el uno; democracia es el gobierno de la ley, recuerda con parecida simplicidad el otro. ¿Costaría mucho desmontar tan peligrosas simplezas?. La democracia no se reduce a votar", concluye Arteta. Unas páginas antes, el Doctor en derecho Rafael Mateu Ros apoya la consultaen una tribuna titulada "derecho y democracia"porque"es el Estado el primer interesado en constatar si la realidad social cuya existencia algunosm proclaman es tal o solo existe en la imaginación interesada de una fracción política. El principio de legalidadno debe actuar como freno sino, todo lo contrario, como impulsor del proceso". El problema, para Jorge de Estaban en El Mundo, es que la consulta convocada por Mas es "una burla al estado de derecho" porque hace como aquel parroco gallego que al ver que llegaba la cuaresma y debía dejar de comer carne, dio la orden en su casa de que a las liebres se les llamase "lubinas de tierra". La ironía también es el instrumento de Joaquín Luna para referirse al proceso en su columna de la Vanguardia: "la carta que Mas se guarda en la manga esanunciar que Cataluña tendría liga del fútbol propia"... "Los fines de semana se paracerían alos de Noruega o Luxemburgo... porque todo fútbol sería modesto y austero, sin el estré