Andrea Marcolongo

A vivir que son dos días

No es difícil encontrar el encanto en la palabra ‘encuentro’, deriva del latín popular incontra, compuesto por el prefijo en-, que indica un movimiento, y por contra, un adverbio que significa 'delante de', 'frente', 'opuesto'.

A vivir que son dos días

"Como nos recuerdan los dos ratoncitos de Esopo, no es ni la ciudad ni el campo lo que cuenta, sino la calidad de la vida"

A vivir que son dos días

¿Quién decide el límite entre lo que es justo y lo que es equivocado y, sobre todo, cómo aplicarlo?

A vivir que son dos días

"Si la vida es precaria por definición, el hilo atribuido por el sistema contemporáneo a la 'precariedad' económica, política y sentimental se ha vuelto tan corto que parece una molesta correa que nos ata a la incertidumbre, a la inseguridad, a la ansiedad"

A vivir que son dos días

¡Qué ansiedad! Así se acaban todas las charlas desde que hemos empezado a estudiar seriamente la crisis ambiental.

A vivir que son dos días

"El progreso no es infinito, sino indefinido: el camino de la humanidad es siempre cuesta arriba y nunca es fácil o inmutable como una línea recta o rápido como un AVE."

A vivir que son dos días

"Como un árbol, también las palabras tienen raíces, bien ancladas no en la tierra, si no en la historia de todas las lenguas. A partir de estas raíces, cada palabra ha ido evolucionando en forma diferentes, como frutos de color y sabor diversos, según los pueblos que eligieron usarla y según las épocas históricas"