Un Baleares espeso y sin acierto vuelve a empatar

Mallorca

El Atlético Baleares ha empatado a cero en casa ante la SD Logroñés en un choque en el que los mallorquines no estuvieron acertados, sobre todo en la parcela ofensiva, donde faltaron ideas, fluidez y mucha precisión. Es el cuarto empate consecutivo cosechado en liga para los de Jordi Roger; el tercero sin goles.

El catalán apostó por el 1-3-5-2 con Lucas Díaz en portería; Josep Juame, Iñaki Olaortua y Kevin Sibille estuvieron en la zaga; carriles para Laure y David Forniés; en la sala de máquinas estuvieron Damián Petcoff y Lucas De Vega, mientras que los tres hombres más ofensivos fueron Kaxe, Miguelete y Víctor Pastrana. Roger no pudo contar con su máximo goleador, Dioni, ni tampoco con Canario ni Alfonso, los tres por sanción.

La primera mitad, al igual que el resto del choque, estuvo marcado por la igualdad y la falta de ocasiones de peligro por parte de ambos conjuntos. El Atlético Baleares salió más metido pero con algo menos de ímpetu respecto a lo que nos tenía habituados en los choques en el Estadi Balear. Lucas De Vega y Miguelete avisaron tímidamente con dos lanzamientos desde fuera del área que no vieron portería ni inquietaron a Azón.

Poco más se iba a poder destacar en cuanto a aproximaciones de los blanquiazules en los primeros 45 minutos. A medida que avanzó el choque, la SD Logroñés se fue animando progresivamente y en el 16 de partido, Manny Rodrígiuez remató en el segundo palo un centró servido desde la derecha, pero el cabezazo se topó con una buena intervención Lucas Díaz. La jugada, sin embargo, fue invalidada por fuera de juego. Fue la única vez que tuvo que actuar el guardameta de los mallorquines en el primer tiempo.

Mucha igualdad, posesiones alternas, ataques espesos, poco brillantes e imprecisos y, consecuentemente, apenas acercamientos de peligro real. Así se llegó al final del primer asalto, que acabó con una afición local enfurecida por la actuación y decisiones del colegiado del choque.

Para el segundo tiempo, Roger introdujo un cambio: entró Hugo por Kevin Sibille y el Atlético Baleares pasó a estar montado en un 4-3-3 que después iba a transformarse en un 4-4-2. Pese a los cambios, no fue el día de los balearicos y así lo reconoció posteriormente el técnico catalán en rueda de prensa.

La tónica de los primeros 45 minutos se repitió en el segundo asalto, que arrancó con un lanzamiento de Lucas de Vega desde el perfil izquierdo del área y su disparo se marchó no muy lejos de la portería visitante. La falta de finura a la hora de trenzar las jugadas de peligro lastraba tanto a mallorquines como riojanos.

Sin embargo, la llegó a tener el Atlético Baleares, pues en el 62', y tras salir bien de la presión de la SD Logroñés, Forniés conectó con Miguelete, que arrancó con el balón conducido, atrajo a sus marcas y sirvió un buen balón dentro del área para Pastrana, que entraba por el segundo palo. El ex de Extremadura parecía que tenía tiempo para parar el balón, pero decidió lanzar de primeras y el chute se marchó alto.

Esta acción no hizo cambiar el rumbo que cogió el choque desde un principio. Nadie lograba imponerse ofensivamente a su rival, pero llegados a los últimos diez minutos de encuentro fue la SD Logroñés, que dio un paso hacia adelante en el segundo tiempo, el equipo que iba a acabar contando con las ocasiones más claras.

En el 81', Pablo Monroy se internó en el área con una conducción y sirvió un balón atrás que no pudo ser aprovechado por ninguno de los dos futbolistas que le acompañaban. Poco más tarde, en el 81, Guillermo Castrillejo protagonizó una buena jugada individual, se plantó ante Lucas, que en el uno contra uno estuvo providencial y salvador.

Ya en la última jugada del choque, Miguelete vio la segunda amarilla y no podrá estar en el partido del domingo ante el Bilbao Athletic. Sin mucho más a destacar en un partido donde los dos equipos se anularon, a excepción de los últimos compases, se llegó al final de los 90 minutos con el 0-0 inicial. Hubo cánticos por parte de la parroquia blanquiazules pidiendo la dimisión de Jordi Roger.