Los cambios que hicieron prosperar a Ibiza a principios del siglo XX y que truncó la Guerra Civil
Seguimos el viaje por la historia de la mano de la arqueóloga Andrea Torres, con los cambios que se iniciaron a finales del siglo XIX y que continuaron hasta los años 30

Los cambios que hicieron prosperar a Ibiza a principios del siglo XX y que truncó la Guerra Civil
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Ibiza
Un lunes más, seguimos el viaje por la historia de Ibiza y Formentera, de la mano la arqueóloga Andrea Torres, con la que llegamos ya los cambios que hicieron prosperar a Ibiza y Formentera a finales del siglo XIX y principios del XX, que mejoraron la situación de las Pitiusas, pero se vieron truncados con el estallido de la Guerra Civil en los años 30.
Un factor básico para la economía de las islas eran las Salinas, que se privatizaron en los años 1871 en el caso de Ibiza y en 1873 en el de Formentera, lo que implicó la modernización de los medios de producción para convertirlas en la primera explotación verdaderamente capitalista. En el caso de Ibiza, se mejoraron las instalaciones, se construyeron estanques y almacenes. Los payeses se convirtieron en jornaleros durante la época de cosecha y se logró aumentar la productividad y los beneficios.
En la última década del siglo XIX, la recuperación económica estuvo marcada también por el aumento demográfico, especialmente en Vila y Formentera y también por la mejora de las comunicaciones por carretera (se construye la carretera de Ibiza-Sant Antoni, se planifican la de Sant Joan o la de la Savina a la Mola y también el puerto, cuyas obras finalizaron en 1912. También se establecieron líneas regulares de vapor que permitían la exportación de materiales perecederos como ganado vivo, huevos o pescado.
Otros hitos de la época fueron las mejoras en los cultivos de cereal, gracias al uso de abonos químicos, la exportación por vía marítima de productos como la sal, almendras, algodón o algarrobas y tomó importancia el cultivo del algodón, único en Baleares. Con él se fabricaban tejidos, una actividad artesanal realizada por mujeres.
A comienzos del siglo XX, la agricultura y la ganadería eran de subsistencia, predominaban las explotaciones por el sistema de mayorales en los alrededores de Vila y en las mejores tierras de la isla y la pequeña propiedad en Formentera.
A nivel demográfico, se seguía dando el fenómeno de la emigración hacia América Latina y el Norte de África, tendencia que no se reduciría hasta los años 1930, con la crisis económica. La emigración supondría la entrada de nuevas ideologías como el anarquismo o la arquitectura colonial y también el inicio de la industria turística, aunque de forma testimonial.
Se inicia la fábrica textil de Can Ventosa, con capital catalán, en el año 1925, pero hacia los años 30, se inicia la crisis económica a nivel mundial, cuando las Pitiusas estaban en plena etapa de modernización productiva y de efervescencia de los movimientos sociales.
Los años 30 se caracterizan en toda Europa por la crisis económica. El emergente desarrollo industrial en Ibiza se vio bloqueado, con consecuencias como el paro, la bajada del comercio con la península y la necesidad de importar alimentos, carbón mineral y cemento. Se anuló la emigración al extranjero por el cierre de las fronteras de los países receptores.
En Vila, el auténtico núcleo del comercio isleño, donde la crisis y las diferencias sociales eran más evidentes, la división comportó continuos conflictos sociales y políticos como huelgas o ataques al patrimonio eclesiástico y llegó su culminación con la Guerra Civil.




