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El descenso del IPC de los alimentos en Baleares no impide el aumento de la cesta de la compra

En febrero arrojó un 4,9% frente al 15,8% del mismo mes de 2023. Si no es negativo, seguirá creciendo. Los distribuidores defienden una "normalización"; los consumidores, que "los precios de hace dos años no volverán"

Ticket de compra en un supermercado / PhotoAlto/James Hardy

Palma

El aumento de la cesta de la compra en Baleares sigue ralentizándose, pero no mengua. Esta semana hemos conocido que el IPC de los alimentos en las Islas ha arrojado un 4,9% este pasado mes de febrero, muy inferior al 15,8% del mismo mes de 2023. Es, por tanto, un paso más en la desaceleración de los precios, pero también un aumento de casi el 5% un año después.

El director general de la patronal de distribución y supermercados ASEDAS, Ignacio García, ha explicado que hay dos lecturas. La primera es que, efectivamente, los precios son más altos que hace un año; pero, al mismo tiempo, celebra esa ralentización del crecimiento, que "se va normalizando". Eso sí, no responde claramente a si se volverá o no al nivel de precios de hace dos años, antes de este ascenso acelerado y prolongado. Para ello, el IPC tendría que ser negativo, y, ha apuntado, "eso se podría traducir en una crisis de confianza que nadie desea y que ya ocurrió en 2008 con la crisis económica".

"No sabemos qué va a ocurrir. Lo que es seguro es que vamos hacia una normalización y que las empresas tratan de tener siempre los mejores precios posibles. En la medida en que los costes lo permitan, los precios se irán ajustando", ha asegurado.

Por su parte, Alfonso Rodríguez, presidente de la asociación de consumidores Consubal, sí tiene claro que, echando la vista atrás, sabemos que los umbrales que se cruzan no regresan. "La experiencia y la historia demuestran que nunca se vuelve a los precios anteriores", ha asegurado. "Tenemos confianza en que prospere la petición del Gobierno de que las grandes superficies y cadenas de distribución hagan públicos sus márgenes de beneficio. A ver si sienten vergüenza y controlan un poquito los precios", ha añadido.

La espiral del aceite de oliva

Cabe pensar en este punto en el aceite de oliva y la espiral de crecimiento en la que se encuentra. No han contribuido a ello, desde luego, nuevos hábitos de consumo como optar por marcas blancas o sustituirlo por otros aceites. "Está ocurriendo en productos como las pastas, que se consumen más, o en el pescado, que se está optando por el congelado. Comportamientos como estos pueden provocar que el precio del producto más sano, el que más sube y se ha podido sustituir, deje de crecer o no crezca tanto, pero no se reducirá", ha asegurado Rodríguez.

"Está claro que está habiendo sustituciones cuando hablamos de productos con menor valor unitario, pero respecto al aceite de oliva, yo sería cuidadoso porque no sé hasta qué punto se ha dado ese efecto. En cualquier caso, es uno de los productos que más sensibilidad causa en el consumidor", ha indicado García.

Lo normal sería que el aceite de oliva comenzara a reducir su precio, dado que el Gobierno ha registrado esta semana en el Congreso la bajada de su IVA al 0%, una medida correspondiente al acuerdo con Junts. Hay que decirlo en condicional porque no ha ocurrido así desde que se bajó del 10% inicial al 5% en enero de 2023. Ignacio García quiere esperar a ver en qué términos se produce, pero, de entrada, ha señalado que "es una medida efectiva, tal y como se ha demostrado con las bajadas anteriores a otros productos".