"Hay mucho trabajo por hacer...": la situación a la que se enfrentan en Mallorca por la contaminación del fondo marino

Se habla de la 'basuraleza' en lo que se refiere a la contaminación que se encuentra dentro del paisaje y de la vida natural. Generalmente no pasa desapercibida, no obstante, todos los restos de basura que se van depositando accidentalmente o intencionadamente en el fondo marino pasan desapercibidos para el ojo humano.

Estos días se ha hecho viral la imagen de miles de botellas en los fondos marinos del mar mallorquín. Un grupo de amigos submarinistas se han encargado de agruparse y recogerlas dentro de la acción Eco Projects Mallorca, un proyecto fundado por Thomas Heise, un buceador profesional alemán que dedica gran parte de su tiempo a este movimiento dedicado a limpiar y proteger el ecosistema mallorquín.

Los "tesoros" que encuentran bajo el mar

Su labor de ir limpiando el fondo marino acompañados de otros buzos no es nada nuevo. Lleva varios años realizando estas acciones de limpieza de forma anual o trienal. Sin embargo, ha decidido dar un paso más allá y asociarse bajo Eco Proyects Mallorca. Ahora, pretende aumentar la frecuencia de las limpiezas, pasando a ser de forma bimensual o trimensual.

Después de la viralización de la foto, comenta que las botellas de vidrio son lo que más se encuentran en el fondo marino mallorquín. Y es que explica que esto se puede deber al tráfico de yates y barcos que surcan el mar balear como forma recreativa. "Hay mucho trabajo por hacer, así que esperamos que de esta forma podamos hacerlo más veces al año y podamos recoger más basura del fondo del mar", añade Heise. Los plásticos también son otros restos que recogen.

Respecto a las botellas, informa que muchas de las que sacan llevan varios años tiradas. "Muchas veces te las encuentras medio enterradas y cuesta recogerlas", insiste Heise. Los temporales y el mar agitado son los encargados de hacer que afloren a la superficie del fondo marino y puedan luego ser más fáciles de recoger. "Hasta el momento llevamos unas 400 botellas recogidas", asegura.

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Una difícil legislación

"Es difícil lograr que se penalicen a los que tiran las botellas al mar", lamenta Heise. Y es que explica que la normativa que existe no contempla esta problemática. Y lo más importante, es muy complicado saber quienes son los autores de esto para que "asuman unas responsabilidades".

Muchas de las botellas llevan muchos años. Hay muchas veces que te las encuentras medio enterradas. Con los temporales, muchas de ellas afloran, pero es complicado limpiar todas. "Hemos sacado 400 botellas. Es muy difícil la normativa para saber quién la ha tirado y que asuman unas responsabilidades", indica Heise.

La financiación del proyecto

Todas las batidas las ha financiado Heise con su bolsillo. "Alrededor de unos 80 euros me cuesta cada día de labor", comenta. Explica que, como trabaja en el puerto, los materiales sobrantes de las reparaciones de barcos los vende a un chatarrero y lo que recauda lo destina al proyecto. "Todo es una economía circular", comenta. Pese a esto, informa que está a la espera de recibir ayudas de la administración pública.

Respecto al apoyo externo, asegura que cada vez se suman más personas a ellos en las labores de limpieza. "En nuestros grupos hay gente local y turistas", explica. Y es que la clave de todo esto es organizar las batidas. Heise comenta que la gente de forma individual no se anima a limpiar el mar, pero si alguien lo organiza y se realiza de una forma colectiva, es más fácil que la gente vaya a las batidas de limpieza. Aparte de todo esto, asegura que "hacemos muchos amigos cada vez que nos reunimos".