Guerra y paz
El comentario de Juan Carlos Castañeda

El comentario de Juan Carlos Castañeda
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Santa Cruz de Tenerife
Paz para el obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, que ha visto como la fiscalía ha archivado las diligencias de investigación abiertas por un presunto delito de odio motivado por sus tristemente famosas declaraciones contra los homosexuales. Creo que casi nadie, incluidos sus adversarios con un mínimo de conocimiento legal, tenían convencimiento fundado de que la acusación por delito de odio tendría recorrido judicial alguno. En lo terrenal y en lo togado, el obispo resulta liberado, pero en lo concerniente al respeto al prójimo, a la convivencia , a la ética y la moral, Bernardo Álvarez, queda preso de sus palabras, que por lo demás vulneran principios fundamentales de la constitución española, que equivale para los demócratas de verdad al carácter sagrado que para él, se supone, debe tener la biblia.
Por lo menos, se desea y se espera , que el máximo representante de la iglesia por estos pagos, haya encontrado la templanza necesaria para medir lo que suelta por el pico cuando aluda a los que para él deben ser ovejas descarriadas de su ejemplar rebaño. Paz para el obispo, y guerra para las 48 familias que ocupan el ya famoso edificio de la discordia en la zona de san isidro en Granadilla. Conflicto bélico para los mismos, porque en las redes sociales , la empresa ocupada en desocuparlos afirma tan ancha y campante, y e manera literal "que esta guerra la vamos a ganar". Llama la atención el lenguaje bélico empleado por la compañía encargada de desalojar a los ocupantes de ese edificio rodeado de historias un tanto truculentas, que encuentra su máxima expresión en el lenguaje tabernario con el que se despacha. Guerra y paz en esta tierra, y no aludimos a la obra de León Tolstói, sino a intransigentes y amigos de las amenazas que pululan por estas tierras.




