Sobre la voluntad anexionista de Marruecos
El Enfoque de Francisco Pomares

El Enfoque de Francisco Pomares
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Santa Cruz de Tenerife
Recuerdo perfectamente aquel inútil viaje oficial de Román Rodríguez a Marruecos, siendo presidente del Gobierno de Coalición Canaria, y lo que ocurrió en él. El viaje se produjo al final de su mandato, en el mes de abril de 2003, cuando las elecciones regionales estaban ya convocadas, y es verdad que no sirvió de mucho: el presidente se había marcado el objetivo de ser recibido por Mohamed VI, pero la visita fue precedida por la publicación en Rabat de informaciones en los que se hablaba maliciosamente de la cercanía de Román al Frente Polisario y al final el nivel de la visita quedó bastante deslucido: el presidente canario sólo fue recibido por el ministro de Exteriores, Mohamed Benaissa -una media hora, en su despacho del Ministerio- y por el de Trabajo, Asuntos Sociales y Solidaridad, Mustafá Mansuri, con quien Román dijo haber cerrado acuerdos para “poner fin al trabajo de esas mafias que últimamente están desarrollando su actividad en las costas saharauis, frente a Canarias”. Lo dijo muy confiadamente, aunque es verdad que tres años después –cuando se produjo la primera gran oleada de pateras a las islas- él ya ni estaba en la Presidencia ni en Coalición Canaria.
La cosa es que, durante aquel viaje y en sus prolegómenos, el entonces presidente fue extraordinariamente cauto y respetuoso al referirse a la monarquía alauita y a sus intenciones anexionistas, incluyendo las del Sahara, que más que ‘intenciones’ eran hechos desde 1976. El momento más cómico del viaje fue cuando Román –durante uno de sus paseos ministeriales- acepto calzarse en bandolera una faca marroquí, símbolo de fidelidad al rey, que lució durante unas horas, cual emulo aldeano de Omar Sharif. Algún malvado de su sequito, o quizá del otro bando, le hizo una foto perversa, que se publicaría días después en el ABC de Madrid, con bastante cachondeo.
Unos cuantos (muchos) años después, un Román menos tolerante con el reino alauita y su rey, ha advertido en el Parlamento que “el expansionismo de Marruecos no se limitará al Sahara”, asegurando que después de hacerse con el Sahara, querrán “Ceuta y Melilla y, luego, el mar territorial y la zona exclusiva”, en referencia a las aguas de Canarias. No sé si el presidente Torres opinará lo mismo. Lo que si se es que va a hacer como si esta declaración no fuera con él.




