Ser futbolero y machista: una bomba de relojería

Santa Cruz de Tenerife

Entre derbi y derbi, los hooligans han encontrado contra quien descargar sus tensiones. Y han lanzado a través de las redes un sarta de improperios y descalificaciones contra la consejera de Asuntos Sociales, por atreverse a denunciar el incremento de agresividad machista durante eventos deportivos de esta índole. Con su reacción, no han hecho más que darle la razón.

No por obvio, conviene precisar que, por supuesto, ser futbolero no es sinónimo de ser machista. Pero aquellos que reúnan ambas cualidades, no realizarán un desahogo virtual cuando, después del partido, lleguen a sus casas: descargarán sus frustraciones contra las mujeres que comparten sus vidas, porque un día creyeron en ellos. Harán lo que Noemí Santana ha denunciado.

Nadie, ni ellos ni nosotras, nace sabiendo controlar la agresividad que nos provocan las situaciones de estrés, las preocupaciones, los disgustos y las responsabilidades. Es algo que se aprende, como todo, poniéndolo en práctica. Y como nunca es tarde, podrían empezar hoy mismo, pidiéndole disculpas públicamente en las mismas redes en que se han dedicado a insultarla por el simple hecho de llamar a las cosas por su nombre.