Precariedad laboral y fuegos provocados: la realidad de los incendios en Canarias

Santa Cruz de Tenerife

Los incendios en Canarias se han agudizado por el efecto del cambio climático. Ahora ya no son fuegos generados solo en las épocas de más calor, ahora ya no son estacionales. Surgen en cualquier momento, y con más virulencia. El último surgido en Canarias es el del norte de la isla de Tenerife. Los Campeches ha sido el punto focal de numerosos conatos e incendios en la zona, la mayoría provocados. El que se inició a finales de julio calcinó más de 2500 hectáreas, 226 de ellas pertenecientes al Parque Nacional del Teide. Fue afectado el terreno de 4 municipios, un terreno que ahora se ha declarado catastrófico o gravemente afectado y que entrará en el paquete extraordinario de ayudas al respecto.

Como decimos, hasta 4 municipios se vieron afectados. San Juan de la Rambla-cerca de la mitad del pinar de su municipio quedó en llamas- La Guancha, Icod y Los Realejos. Y -de momento- no ha sido extinguido. Una de las principales preocupaciones es mantener esa zona libre de riesgo. Intentando evitar que se reactive y vigilando quién entra en los accesos menos transitados.

Los alcaldes de estos municipios han demandado más recursos ante este tipo de incendios. El de Los Realejos, Adolfo González, por ejemplo, pide que se instale un cortafuegos eficaz que realmente pueda hacer frente a la brutalidad de las llamas -que se propagan mucho más rápido debido a la humedad relativa y el viento que existe en esa zona-. El de La Guancha, Antonio Hernández, ha solicitado al Cabildo de Tenerife que permita que los ciudadanos no tengan que pedir permiso a la hora de recoger leña o sacar pinocha de los montes. Ya que afirma que estas personas deciden no hacerlo una vez se les ponen tantas trabas burocráticas.

Pero, ¿Cómo se hace frente a un fuego si cada vez son diferentes? Pues mayor formación es lo que ha pedido Federico Grillo, jefe de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria. Pide que los trabajadores del sector puedan llegar a ser reconocidos como bomberos forestales y se evite la precariedad laboral que abunda actualmente. Así, reconoce Grillo, no se actúa lo suficientemente bien como se podría hacer si hubiera una mayor profesionalización.

Debido al cambio tan intenso que ha sufrido nuestro sector primario, ya no usamos nuestros montes como antes. No cogemos leña, no lo limpiamos como se hacía antaño con la existencia del ganado, que también ayudaba a este proceso. Ahora, los montes se cargan cada vez más. Con el consecuente peligro que esto supone, ya que se convierte en combustible fácil en el desarrollo de estos incendios. La conciencia ciudadana se convierte, de esta manera, en vital. Conocer lo que ocurre a nuestro alrededor, nuestra naturaleza y la manera en que se comporta, son aspectos importantes que se deben aprender -a juicio de Federico Grillo- desde la escuela.

¿Cómo se controla un incendio? ¿Qué aspectos se deben de controlar por parte de los técnicos? Por ejemplo, las zonas estratégicas. Estableciendo lugares clave, se facilita el acceso de los profesionales en incendios forestales. Protocolos de monitorización cuando se producen olas de calor o alertas, además de la restricción de ciertos usos del monte.

Aquí es preciso volver a traer a colación el último incendio de Tenerife, el originado cerca de Los Campeches. La investigación ha facilitado el comprobar que se trata de un fuego provocado por la mano del hombre. Hemos hablado con un cabo de la patrulla del Seprona de la Guardia Civil en Santa Cruz de Tenerife, que nos ha explicado cómo se llevan a cabo estas indagaciones. Lo primero, es acudir al lugar donde se ha producido el incendio. Allí, se toman declaraciones de las autoridades que llegaron primero a ese punto, los llamados "retenes". De esta forma, los técnicos de dicha patrulla pueden crearse una composición inicial.

El siguiente paso es descartar la causa meteorológica, o la existencia -por ejemplo- de cables de alta tensión, o el origen de una chispa, que manera accidental pueda haberlo declarado. Cuando estas ideas se eliminan, se inicia la investigación técnico-policial para determinar el tipo de negligencia. Si fue-quizás- un mero accidente derivado de la imprudencia, o si por el contrario, ha sido totalmente deliberado.

Atendiendo al Código Penal, las penas de cárcel para los que -por ejemplo- provocaron el incendio de Los Campeches, en Tenerife, podrían ir de 1 a 5 años y podría recaer sobre ellos una multa de 12 a 18 meses. Si existen agravantes, como la puesta en riesgo de vidas en la provocación del incendio, las condenas serían mayores y llegarían a ser de hasta 20 años de prisión.