Sobre el límite de gasto
Sobre el límite de gasto
Santa Cruz de Tenerife
Román Rodríguez anunció ayer que el Presupuesto de Canarias crecerá en 2023 casi un once por ciento en relación al de 2022. A Rodríguez le pareció interesante destacar en el comunicado la buena noticia de que esos mil millones de euros más que en el ejercicio pasado, superan por primera vez el límite de los diez mil millones de euros en gasto no financiero. Albricias, que alegría más grande que el consejero pueda gastarse mil kilos más.
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No sé de dónde saca el señor Rodríguez la peregrina idea de que gastar más en tiempos de crisis económica es necesariamente algo por lo que felicitarse, pero él está convencido y lo dice: opina el vicetodo que en un tiempo de incertidumbres, dificultades e inseguridades consecuencia de la situación económica y política en todo el planeta, que el Gobierno regional sea capaz de gastar más es una muy estupenda noticia. Hombre, lo sería si los presupuestos se nutrieran fundamentalmente de ingresos procedentes de la bonoloto, y nos hubiera tocado una morterada de mil kilos. Pero el dinero de los presupuestos sale principalmente de los impuestos que pagan los ciudadanos. A veces se nos vende la idea de que los gobiernos manejan la pasta que manejan porque le llega el dinero en fajos desde el espacio sideral. Y no es cierto.
Tampoco lo es eso que nos dice Rodríguez en su jovial comunicado, asegurando que no aumentará la presión fiscal, porque los ingresos llegan principalmente de recursos del Estado o de Europa. Que nos saque la manteca el Gobierno Sánchez para dárselo a Román o a la Unión Europea, para que nos devuelva después una parte, no significa que ese dinero nos salga gratis: por supuesto que lo acabamos pagando. Y eso de que no aumenta la presión fiscal en Canarias, ejem: en IGIC, pasamos de recaudar en 2022 639 millones a 684 y medio en 2023, 45 y medio más. En el impuesto de combustibles –lo que se quedan aquí cada vez que llenamos el depósito- 20 millones más que en 2022, 10 millones en el impuesto al tabaco, 13 en el de sucesiones, 33 en el de transmisiones patrimoniales, uno en el de actos jurídicos documentados…
Lo que ocurre es que 2023 es año electoral. Hay que atender a la clientela. Y hacerlo como si no hubiera un mañana. Pasado mañana, al que le toque gobernar que pague. Con más impuestos, claro.