Dauda se quedará en el CD Tenerife si el club asciende o permanece en Segunda

Santa Cruz de Tenerife

Mo Dauda será propiedad del CD Tenerife en dos supuestos: si el equipo blanquiazul asciende a Primera División o asegura la permanencia en Segunda. Dicho de otro modo, el representativo solo se quedaría sin los servicios del profesional ghanés si se produjese un descenso, con su consiguiente salida del fútbol profesional. Estos son los parámetros de negociación que cerró Juan Carlos Cordero en una ardua negociación con el Anderlecht, y que se sustanció con un acuerdo satisfactorio. "Es como una compra aplazada en el tiempo", explican fuentes cercanas al jugador.

Dauda ha tenido una gran influencia en los partidos disputados por el Tenerife en lo que va de competición, si bien no ha gustado todo lo que le gustaría por una inoportuna lesión lumbar que se produjo en el transcurso del compromiso contra el Ibiza. Pero ya está de regreso y vuelve a ser importante para Luis Miguel Ramis, como así demuestra su presencia en las últimas alineaciones.

Cordero se impuso a los pretendientes del atacante blanquiazul y logró hacerse con uno de los futbolistas más pretendidos en Segunda gracias a una fórmula a la que ya recurrió en ocasiones anteriores: la cláusula de compra obligatoria. Pero en este caso no la supeditó a partidos jugados, sino a la continuidad del Tenerife en fútbol profesional, condición indispensable para así poder sufragar el pago de los derechos federativos del jugador, que aún pertenece al Anderlecht.

El Cartagena creyó tener atado a Dauda. De hecho, así lo dejó entrever su presidente, Paco Belmonte, en una entrevista en 'Radio Club Deportivo'. Pero para entonces ya el Tenerife se había ganado una posición preferencial en la negociación. Como reveló Cordero, hacía meses que ya estaba en contacto no solo con el jugador, también con sus agentes. Para Belmonte, justamente la mediación de sus representantes pudo ser crucial para la venida del atacante a las filas del representativo.

Según ha podido saber la SER, hubo un factor de última hora que pudo estropear la transacción: el interés del Real Valladolid, de Primera División, que irrumpió en escena cuando el acuerdo estaba próximo a cerrarse.