Los protocolos contra el bullying hacia personas con diversidad funcional "no están funcionando"

El acoso o 'bullying' representa una lacra dentro y fuera de las aulas de los centros educativos ante la que se establecen protocolos que a veces fallan o resultan insuficientes, en especial cuando se trata de acoso dirigido contra personas con diversidad funcional.

Así lo considera Lucía Ballesteros, madre de una joven de 26 años con diversidad funcional de nacimiento, y que ha pasado por las distintas etapas educativas y vitales, en las que ha comprobado que "tener la diversidad funcional en casa, independientemente del nivel de discapacidad que esté diagnosticado, es duro. Porque no solamente es el acoso escolar, la discriminación social en todos los ámbitos de nuestra vida".

Reconoce que "desgraciadamente los protocolos no están funcionando como deberían, o como quisiéramos los padres y las madres" en los centros educativos, y explica que "si en niños neurotípicos ya es complicado y difícil, imagínate cuando un nene tiene una diversidad funcional ye está incluido en un aula enclave o en un colegio neurotípico, en el que debería haber un cambio de protocolo para ese tipo de alumno".

En este sentido, explica Ballesteros, "no solamente el alumno tiene la diversidad funcional, lo tiene la familia, el padre, la madre, los hermanos, que luchan diariamente con ello y con la sociedad que nos toca, en muchas ocasiones sentir la discriminación" y es algo que "se hace en parques, se hace en ambulatorios".

Destaca que "estamos viendo casos muy mediáticos como fue hace poquito un nene que por una tarta de cumpleaños salió el vídeo, y no ha funcionado, eso fue dentro de un campamento de verano" por lo que insiste en que los protocolos, aunque existentes "no están funcionando", y pode que "en el colegio se debería sentarse o llevar las instituciones para que puedan cambiar determinados artículos y tenerlos mucho más controlados".