"Me rompieron dos vértebras, tuve un desgarro vaginal y depresión postparto": la realidad de la violencia obstétrica ignorada por sanitarios

Las Palmas de Gran Canaria

Irene González fue madre en 2018 con cuarenta y dos años, pero la experiencia de su parto fue todo menos agradable. "Tuve complicaciones, me rompieron dos vértebras, tuve un desgarro vaginal y, además, depresión postparto". Así narra su experiencia la escritora conocida como Irene G Punto que ha presentado este lunes su libro Lo que todas callan durante el Congreso Internacinoal de Periodismo con perspectiva de género que se desarrolla durante estos días en Las Palmas de Gran Canaria.

Ella es una de las miles de mujeres españolas que han sufrido durante el parto la denominada violencia obstétrica, un tipo de violencia ejercida por profesionales sanitarios que sufre una mujer embarazada al tener algún daño psicológico o físico como consecuencia del parto.

"Tuve un parto no respetado y con graves consecuencias con unas consecuencias graves después de ser sometida a la 'maniobra Kristeller'", un tipo de técnica que permite acortar los tiempos del parto ejerciendo presión con codos y manos sobre el vientre de la madre, pero que está desaconsejada en muchos países. "Sufrí un desgarro y, como consecuencia de ello, una hernia discal", lamenta Irene que todavía padece las consecuencias del "codo metido hasta el fondo y la rotura de espalda. "La madre cuando pare es la gran olvidada", dice la periodista.

La autora de Lo que todas callan señala que la medicina niega este concepto y que esté vinculado a algún tipo de violencia. "A pesar de tener un diagnóstico médico por el postparto, todavía me sigue costando que los profesionales lo avalen porque entre ellos se protegen". De hecho, Irene cuestiona cómo es posible que "si mi cuerpo lo está padeciendo, para los profesionales sanitarios resulta un término abusiva porque piensan que se define contra ellos; hay que ponerle una palabra. Mi caso no es el único".

Sin perspectiva de género, no hay periodismo

Cerca de una treintena de profesionales con perspectiva de género de la comunicación se están dando cita entre este martes y el miércoles en Las Palmas de Gran Canaria con el objetivo de trazar una hoja de ruta para fomentar la conciencia de género entre los profesionales del periodismo y la comunicación. Entre ellos, la responsable del portal feminista de la Agencia EFE, Efeminista: "Las fuerzas y los cuerpos de seguridad del Estado y la judicatura son fuentes que no tienen formación en perspectiva de género", lamenta su responsable, Macarena Garrido, quien advierten de que, en ocasiones, "nos ofrecen información que igual no nos deberían de dar u omiten información relevante para transmitir correctamente una información".

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El tratado de las imágenes y la formación de las fuentes son dos de los avances que el sector periodístico debe realizar para seguir consolidando la perspectiva género en las redacciones periodísticas. Macarena Garrido, responsable del portal Feminista de la Agencia EFE ha explicado que "a veces los profesionales de los medios de comunicación se encuentran con una dificultad que es clave y es la de las propias fuentes, las fuerzas y los cuerpos de seguridad del Estado, la judicatura, esas fuentes no tienen formación en perspectiva de género y, entonces, nos ofrecen información que igual no nos deberían de dar o a veces omiten información que deberíamos tener para nosotros poder transmitir una información correctamente".

Garrido ha sido contundente sobre la manera en la que se debe enfocar las informaciones desde los medios porque "todo el periodismo que no sea con perspectiva de género no es periodismo", dijo claramente antes del desarrollo de un Congreso donde también subrayó la importancia de la formación para los periodistas: "Tenemos que posicionarnos en el lugar de la víctima, ser empáticos con ese tipo de informaciones. Urge la formación con perspectiva de género" también más allá de las redacciones y señala a las Administraciones Públicas y a la Casa Real como ejemplos que todavía tienen mucho por aprender.