El derecho al descanso
La opinión de Evaristo Quintana en Hoy por Hoy El Drago
Comentario Evaristo:"El derecho al descanso"
03:55
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Hace tiempo conté aquí que la noche en la ciudad más importante de las Islas estaba muerta, y no solo como consecuencia de la pandemia. En Las Palmas de Gran Canaria se persiguió el ocio nocturno durante muchos años y posteriormente se dejó a un lado cualquier política sobre el ocio y la diversión, creyendo que sin políticas y sin encauzarlo caminaría solo. Y eso siempre falla.
Pero ahora no solo se persigue el ocio nocturno ordinario sino también el extraordinario para las fiestas de la ciudad o por Navidad o Reyes. No tanto por la administración sino por los vecinos, que muchas veces tienen razón y en algún caso no tanta. Vaya por delante que con el derecho al descanso no se juega, pero una cosa es eso y otra cosa es que algunos quieran una ciudad baja, la más céntrica, sin ningún tipo de festejos.
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Cuando escuchamos que una asociación de vecinos de Triana quiere acudir a los tribunales para denunciar la fiesta que se organiza desde hace años en Triana-Vegueta por descontroladas, según ellos, se nos vienen a la cabeza varias reflexiones.
Vale que el Ayuntamiento colocó 50 baños químicos y que igual no eran suficientes. También los restaurantes podrían tener abiertos los baños para los clientes. Vale que el horario que puso el Ayuntamiento tenía como finalización las dos de la madrugada y se puede discutir si una hora más o una menos. Vale que cuando empezó era en el entorno de unas tres calles de Triana y ahora se realiza en toda la zona con conciertos y de forma organizada y se ha conformado una tradición que se ordena y eso es mejor que dejarlo sin control. Pero de ahí a que no se hagan fiestas nocturnas, que todo sea un cementerio y un silencio sepulcral todo el año, es demasiado.
Habrá que seguir hablando con los vecinos afectados y que no siempre las fiestas se hagan en el mismo sitio, aunque ya eso se ha hecho. El carnaval de día lo han pasado al viejo Estadio Insular y existen otras zonas. Se podrá ayudar a vecinos a marcharse por alguna situación especial, Se puede facilitar algún cambio de ventanas que frenen el ruido. Pero de ahí a que las ciudades se conviertan en un bosque encantado y silencioso el año entero, no parece de recibo. En el futuro a corto plazo se pretende que la principal zona de fiestas, carnavales, ocio y terrazas y algo de restauración estén en el Puerto, como en otras ciudades, donde las molestias prácticamente desaparezcan.
Vivir en zonas céntricas de las capitales tiene muchos beneficios y, a veces, tiene algún perjuicio. Las ciudades son de todos. Debemos respetarnos y conseguir puntos medios de encuentro. Ni todos los días terrazas nocturnas hasta altas horas de la mañana que machaquen y no permitan el descanso ni prohibir tres fiestas al año que tenemos. Hay que controlar y vigilar que se cumplen los horarios de las terrazas que se encuentran en el entorno de las viviendas. Y si, como en el caso de la calle Joaquín Costa, se decide que a las 10 de la noche se levantan, que se cumpla.
En el ocio, como en todo, en el punto medio está la solución.