'Familias con dos sueldos van a las ONG a pedir comida': la difícil situación de los bancos de alimentos
21.000 personas demandan comida de esta entidad de utilidad pública solo en la provincia tinerfeña
Canarias
La situación de los Bancos de Alimentos, lejos de estar en la senda de la recuperación, como sí parecen mostrar los datos del desempleo en las islas, es más que complicada. Subsistir, con el alto coste de los alimentos, las naves industriales para garantizar ese espacio, el personal y los pocos excedentes, supone un arduo trabajo para los profesionales y, sobre todo, los voluntarios. Y una carestía importante para las organizaciones que dependen del Banco de Alimentos para dar la comida a las familias.
Los precios de alimentos como leche, huevos o pan se han incrementado de manera exponencial en los últimos meses
Por poner datos que visibilizan esta realidad sobre la mesa: 21.000 canarios de la provincia tinerfeña son beneficiarios de las distintas entidades vinculadas al Banco de Alimentos. Familias en situación de vulnerabilidad, que requieren de esas ONG -también hay otras organizaciones, como asilos o residencias, que también reciben de los Bancos. ¿Qué supone esto al mes? Pues que necesiten entre 120 y 150.000 kilos de alimento. El problema reside en qué alimentos si cada vez los precios son más altos. La leche, por ejemplo. Necesitan 45.000 litros al mes. La compraban hace unos meses a 50 céntimos. Ahora, su precio está -aproximadamente- a 98 céntimos. El pan ha subido el doble y productos como el yogur o las galletas escasean. Más preocupan otros productos básicos como pueden ser los huevos. El coste del pienso para las gallinas se ha incrementado en hasta un 60%.
Otro hándicap: el excedente. Los Bancos de Alimentos funcionan, tradicionalmente, con el sobrante de las cadenas alimentarias o las grandes superficies, que luego trasladan a las 20 entidades que son las que trasladan directamente la comida a los ciudadanos. Ahora, no les vale la pena tener excedente. Primero, por la existencia y necesaria aplicación de la Ley del Despilfarro, que establece límites a la cantidad de alimento que estos supermercados o empresas pueden 'tirar'. Segundo, porque a los propios productores no les vale la pena regalar excedente, aunque el Banco les desgrave el importe.
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Añadimos más problemas. El 80% de las donaciones han disminuido tras la pandemia y la situación geopolítica. En 2021, el Banco provincial tuvo que pedir ayuda a una organización para poder aguantar. Ahora, 'mantenemos la incertidumbre y tenemos fondos suficientes para comprar alimentos durante el primer semestre del año. En el segundo, ya veremos cómo podemos hacer', explica Miriam Cañada, responsable de Administración del Banco de Alimentos de Tenerife.
Cada vez más familias en situación vulnerable y, con ello, más entidades financiadoras que puedan aportar. Más, por supuesto, los recursos propios. Lo que aportan las Administraciones Públicas, afirma Cañada, 'no es suficiente. Aunque se han esforzado mucho porque mejore la situación, con la aportación de 500.000 euros el Cabildo y 500.000 el Gobierno de Canarias'.
'Habrá incertidumbre sobre cómo subsistir a partir del segundo semestre de 2023'
El modelo territorial de Canarias vinculado al sector servicios y a la dependencia del turismo deben cambiar, en opinión de la responsable del Banco. 'Las condiciones laborales, muchas veces, no son sencillas. Aunque tengan dos sueldos, las familias pueden contar con dificultades para salir adelante e incluso comprar productos básicos. Trabajos temporales, fijos discontinuos vinculados muchas veces al sector turístico... la hipoteca y los gastos en general son inabarcables', explica. La estabilidad, por tanto, se ve mermada y la única opción es acudir a las organizaciones que reciben la comida de los Bancos.
El perfil, comenta Cañada, 'es claro. Las familias monoparentales, normalmente mujeres, que se ven con problemas para abarcar todos los ámbitos de la vida con la situación como está'. Canarias sigue concentrando la tasa de pobreza severa más alta de todo el país, 300.000 personas que viven con menos de 450 euros al mes. El 47% de los niños canarios están en riesgo de pobreza o exclusión social, y a nivel regional, más del 38% de los ciudadanos canarios se encuentran en esta dura coyuntura.