Los temores de Santa Rita

Santa Cruz de Tenerife

No deja de ser cierto que si la residencia de mayores Santa Rita  no existiese, con el déficit de plazas sociosanitarios que sufre la Isla, tendríamos una problema de gravedad mayor.

Pero tampoco es verdad cuestionable que el hogar Santa Rita merece la atención permanente de todas las instituciones por mucho que sea de titularidad privada.

El hecho de que durante la pandemia tuviese que intervenir el Servicio Canario de Salud, al detectar casos de desnutrición y sarna entre sus moradores, constituye argumento más que justificado para la observancia permanente de lo que allí sucede intramuros.

La transparencia en la gestión del centro brilla por su ausencia, y la negativa fehaciente de personas que se niegan a ser incorporadas a la residencia hablan por sí solas.

Negarle al Cabildo Insular de Tenerife la posibilidad de ser miembro del patronato con voz y voto es claro síntoma de temor a ser enfocado por la luz que debe imperar en la garantía de los cuidados de los mayores que allí residen.

Y el colmo de la desfachatez la alcanzan las palabras del director gerente de la residencia que, en declaraciones al periódico El Día, llega a afirmar respecto a las protestas sistemáticas y públicas de los trabajadores por el impago de sus nóminas,  "que no es lo mismo  retrasos en el pago que no cobrar".

En otras palabras, no es lo mismo tener hambre que no haber ingerido  alimentos.

Pedacito del cielo para el sujeto en cuestión.

Martes, 21 de marzo. Buenos días, La Palma. Buenos días, Tenerife.