Islas desertizadas, el paisaje que reinará en Canarias a final de siglo

Santa Cruz de Tenerife

La complejidad de los instrumentos urbanísticos y de planificación de Canarias son motivo de constantes reproches por parte de los empresarios debido al retraso en la concesión de licencias; el bloqueo de inversiones y la inseguridad jurídica que surge con casos como el de Cuna del Alma o incluso el hotel de Corralejo. Denuncian que los proyectos se eternizan, incluidos los públicos, como es el caso de Chira-Soria. El consejero de Transición Ecológica, José Antonio Valbuena, apuesta por ser muy escrupuloso en los procedimientos, de forma que no lluevan los recursos que puedan paralizarlos e incide en la necesidad de modificar la Ley del Suelo.

El consejero resalta la necesidad de armonizar en la tramitación de los planes generales los objetivos de protección del medio ambiente y la agilidad en la aprobación de proyectos; y resalta que no es operativo que el Gobierno autonómico sea el responsable de los planeamientos de algunos municipios.

En todo caso, avisa de que tenemos que dejar de pensar en las "ciudades por construir y empezar a pensar en las ciudades contruidas, que son más que suficientes" y de planificar la recuperación de espacios que en la actualidad está catalogados como urbanos o urbanizables y "recuperarlos para la naturaleza".

Descarbonización

Según ha resaltado, la descarbonización de Canarias tiene que ser una realidad en 2050 y alerta de que no es posible "esperar 25 años para poner en marcha planeamientos adaptados para retranquear las ciudades" con respecto a la línea de costa.

Valbuena advierte de que los modelos climatólógicos no son halagüeños para el Archipiélago, que se enfrenta a una serie de cambios que amenazan con convertir la práctica totalidad de las Islas en un desierto en las próximas décadas. La frecuencia y cantidad de las lluvias descenderá peligrosamente y las temperaturas subirán bastante, según los estudios.

Según los datos que maneja el consejero, Canarias sufrirá incendios prácticamente los 12 meses del año, con el daño que ello supone para la estabilización del terreno. Para él, la respuesta inmediata pasa por adaptar los planeamientos para paliar estos efectos.

Eso sí, aboga por implementar planes generales dinámicos que permitan a los ayuntamientos dar respuesta a las necesidades de su población. Por ejemplo, la actual emergencia habitacional derivada de la falta de vivienda. En ese sentido, recuerda que la sostenibilidad implica un equilibrio entre la protección medioambiental y el desarrollo económico y social.