¿Qué municipio rural de Canarias contamina seis veces más que cualquier otro? El motivo es sorprendente

Santa Cruz de Tenerife

El primer factor que contribuye a la contaminación en el Archipiélago es el transporte, referido únicamente a los transportes entre islas, ya sean en barco o en avión, o dentro de ellas, desplazamientos por carretera. Eso sí, no se toman en consideración los gases que se producen en los trayectos aéreos que llegan a Canarias desde fuera; ni los vuelos nacionales ni los internacionales. El ranking resultante de los valores que manejan los técnicos se corresponden casi punto por punto con los municipios más poblados y con más coches. Pero ojo, que hay algunos datos muy sorprendentes. Un municipio pequeño y rural como Tejeda, en Gran Canaria, tiene seis veces más emisiones de carbono que cualquiera de los 87 restantes, incluidas las dos capitales de provincia.

La clave está en las condiciones fiscales para la matriculación de vehículos, que hace que la mayor parte de los automóviles de las flotas de rent a car de la isla cuenten como coches tejedenses.

La controvertida Ley de Cambio Climático de Canarias pivota en torno al reto de que la descarbonización del Archipiélago sea una realidad en el año 2050. Sin embargo, es un reto ambicioso, ya que cada canario vierte a la atmósfera 5,31 toneladas de carbono al año. Aun así, es inferior a la de la Península, sobre todo debido a que el peso de nuestra industria es casi cinco veces menor. Mientras que en las Islas representa apenas un 7% de las emisiones, en la Península está por encima del 30%, según las estadísticas del Gobierno de Canarias.

Hay más factores: nuestro clima suave hace que no tengamos que tirar con tanta intensidad de la calefacción en invierno ni del aire acondicionado en verano, lo que supone una rebaja muy considerable de las emisiones derivadas de la producción de energía eléctrica. En todo caso, hay que tener en cuenta también la población flotante de turistas. El consejero de Transición Ecológica, José Antonio Valbuena, explica que al hacer la media del número de personas que cada año están produciendo emisiones en el Archipiélago, la media de la huella energética de cada uno desciende.

La estrategia para lograr el objetivo de descarbonización pasa lógicamente por las energías renovables. También en los hogares. Por ejemplo, con la instalación de placas fotovoltaicas y el uso de los coches eléctricos. Si se eliminasen esas dos fuentes de contaminación, que se encuentran entre las principales, lo que quedaría imputable a cada habitante que ya hubiese tomado estás medidas serían las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen en la producción y elaboración de los productos que consume.