Fiscalización incapaz

Santa Cruz de Tenerife

“El que lo entienda, que lo compre” era una sentencia  escuchada de manera frecuente en mi pueblo. En este país, y en esta comunidad, se dan múltiples  situaciones  que resultan incomprensibles, salvo que nos demuestren  lo contrario. Una de las situaciones que nunca entenderé es la facilidad con la que algunos y algunas meten la mano en la lata del gofio público.

Cierto es que estos sujetos perversos y caraduras terminan siendo pillados con el carrito de los helados; pero reitero que no llego a entender, que más allá de las firmas burocráticas procedimentales que dan el visto bueno al libramiento de partidas económicas, no exista un mecanismo administrativo de fiscalización permanente e inmediata sobre el buen destino de los dineros públicos.

Que tengan que ser denuncias anónimas o correos electrónicos de empleados públicos de a pie los que alerten de mamanzas del dinero de todos, me producen desánimo junto al asco que me generan  esta perraya sin escrúpulos, capaz de pegarse la gran vida durante mucho tiempo mientras  ante sus ojos hay personas desposeidas y con una enorme etiqueta de vulnerables colgando de sus espaldas de piel oscura.

Hablando solo me tiene el escandalo detectado en la fundación respuesta social Siglo XXI dedicada a la atención de los menores emigrantes no acompañados.

Tal inmoralidad, a la que hay que complementar con el consabido latiguillo de presunta, me produce repulsión pero, a la par, me genera un cabreo monumental con las y los responsables del areá de Derechos Sociales del Gobierno autónómico en  funciones, que no solo ha demostrado una incompetencia insultante en la fiscalización de los dineros públicos y en la situación vejatoria vivida por los menores no acompañados.

Se me revuelve el mondongo ante el cuajo del que está revestido el  discurso de estas  políticas incapaces de fiscalizar el buen uso del dinero público, y que tampoco son capaces de dar la cara para explicar lo inexplicable de unos hechos que estaban pasando delante de sus narices.

Esta vez no procede echarle la culpa a las cruzadas mediáticas, ni al influjo de los reaccionarios, sino que se tienen que mirar en el espejo a ver sin son capaces de ponerse coloradas.

Y encima, premio. Número uno en la lista al congreso por la plataforma Sumar por la provincia de Las Palmas...

Menos mal que su proyecto político no era una cuestión de sillones... era cuestión de 'trillos', para evitarles el exabrupto rimado a esta hora de la mañana.

Martes 13 de junio. Buenos días, La Palma. Buenos días, Tenerife.