Más de un intento de suicidio a la semana en el Valle de Aridane: la huella siniestra del volcán

La Palma

"Hay un problema psicológico gordo en todo el Valle de Aridane, la tristeza se le ve a la gente en los ojos", asegura Juan Arturo San Gil, propietario de TV La Palma y, hasta este viernes, 16 de junio, concejal de Seguridad en el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma. La realidad es que, casi dos años después de la erupción volcánica, la tristeza no solo se aprecia en los ojos de los palmeros, sino también en los datos: cada semana se produce más de un intento de suicidio en el Valle.

Por su cargo, San Gil tiene mucha relación con las fuerzas se seguridad y emergencias, sobre todo con los trabajadores de las ambulancias: "Me dieron un dato la semana pasada cuando les alerté del elevado número de suicidios que ha habido en los últimos meses en la Isla. El problema, me dijeron, no son los suicidios, sino los intentos de suicidio. En la zona del Valle hay más de uno a la semana".

Este es uno de los importantes estragos que está causando el 'posvolcán' en la salud mental de la población afectada. Un grave problema que "ni se habla, ni se trata, ni se le busca solución". El todavía edil explica que al comienzo de la emergencia hubo muchos psicólogos atendiendo a la población, pero que "desaparecieron de un día para otro". "Todavía hay muchísima gente que necesita apoyo psicológico. A algunos los vemos, pero otros están encerrados en sus casas", reconoce en declaraciones a la Cadena SER en Canarias.

Investigados por desobediencia a la autoridad al intentar acceder a sus viviendas en La Bombilla

Según ha podido saber la SER, el Juzgado de Instrucción numero 1 de Los Llanos de Aridane ha incoado diligencias previas por presunta desobediencia a la autoridad contra un grupo de vecinos, 11 en total, que presuntamente accedieron a sus casas en la zona de exclusión del volcán desoyendo las indicaciones de las autoridades.

El pasado 13 de mayo, un grupo de vecinos de La Bombilla accedieron a sus casas en la zona de exclusión del volcán y, estando allí, aparecieron cuatro dotaciones de la Guardia Civil, que les pidieron que desalojaran la zona. Algunos se marcharon y otros no. Los que no lo hicieron tienen ahora abiertas unas previas por lo penal por desobediencia a la autoridad.

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Los investigados alegan que no corrían ningún riesgo porque para entrar a sus casas cuentan con sus propios medidores de gases y, además, desde hace varias semanas han colocado jaulas con pájaros en el interior de sus casas y los animales siguen allí.

"Muchas personas llevan dos años desalojadas de sus casas, no tienen nada, y su única vivienda está en La Bombilla. Lo único que piden es poder entrar en sus casa y ahora se enfrentan a multas que superan los 30.000 euros", afirma Juan Arturo San Gil, que declaró este jueves en calidad de testigo, pues estaba presente en La Bombilla el pasado 13 de mayo haciendo entrevistas a los vecinos.