Sacudidas contra el sopor

Santa Cruz de Tenerife

La política es insoportable cuando se vuelve estridente. Y aburrida como ella sola cuando camina sin sobresaltos con la siempre deseable normalidad democrática.

En contadas ocasiones, un giro de guión nos sacude el sopor.

Normalmente cuando una voz discordante pone en un brete a su propio partido, como ha ocurrido estos días con Guardiola, el PP y VOX. Todas las fuerzas reaccionan entonces como Fuenteovejuna, todos a una para que esta oveja negra vuelva al redil más pronto que tarde. Para acallar esa voz que deja sus vergüenzas al aire y les aleja del poder.

Y en otras raras ocasiones ocurre lo ha pasado en el Cabildo de Tenerife: que alguna mente más o menos audaz, o más o menos maquiavélica, retuerce los procedimientos ordinarios para lidiar con una realidad ineludible. Un moción no es, desde luego, plato de buen gusto para nadie. Pero tampoco es el acabose.

Desde la barrera, resulta francamente llamativo ver cuánto les cuesta a los políticos, sean de la ideología que sea, abandonar un sillón. Como si se les levantara del que ocupan en salón de su casa y no de la casa de todos.