El Hierro, la última oportunidad de salvación para miles de migrantes: después está el abismo

Santa Cruz de Tenerife

El Hierro se ha convertido en la segunda isla que más personas migrantes recibe, solo por detrás de Lanzarote. En las últimas semanas vive un importante repunte, y es que el pasado 8 de junio solo había allí nueve inmigrantes llegados a través de la ruta canaria. A día de hoy son más de 3.300. La última embarcación arribó al Puerto de La Restinga ayer con 128 ocupantes, entre ellos seis mujeres y cinco niños y jóvenes. Tras el desembarco fueron atendidos por el dispositivo habitual sin que en principio fuera necesario realizar ningún traslado hospitalario, ya que se encontraban todos en aparente buen estado de salud.

En tan solo 48 horas, la cifra de personas migrantes que han llegado a la isla del meridiano asciende a 1.200. Cruz Roja admite "momentos de apuro" en El Hierro, una situación "dura", y "mucho trabajo". Según explica a Radio Club Tenerife el responsable de la entidad social, Alexis Ramos, "llegan a tierra pero no saben realmente donde se encuentran". Indica que "está ese principio de shock, de salvación de alguna manera, y también un poco de extenuación. Desde el punto de vista del cansancio".

Estas últimas jornadas llegó además a la isla el cayuco con más migrantes a bordo desde que se tiene constancia de la ruta del Atlántico, desde el año 1994. Hasta 280 personas arribaron apelotonadas, en filas de ocho a diez ocupantes cada una, sin espacio siquiera para abrir los brazos. Entre ellos había diez menores de edad. La embarcación, de 28 a 30 metros de eslora y cuatro de manga, fue detectada por la Salvamar Adhara cuando se encontraba a un kilómetro de la costa de El Hierro.

Alexis Ramos detalla cómo funciona el operativo atención en muelle cuando llega una nueva embarcación: "A partir de ese momento trabaja el Servicio de Urgencias Canario en todo lo que es el triaje de manera rápida para evaluar posibles patologías que necesitan traslado hospitalario". Inmediatamente comienza la labor de los trabajadores y voluntarios de la oenegé. "Después trabajamos humanitariamente nosotros con ellos en el cambiado de ropa urgente. Muchos vienen mojados, con ropa con la que llevan muchos días. Intentamos cambiarlos rápidamente", señala su responsable.

Después de El Hierro, el Atlántico y la muerte

El drama migratorio que se vive en Canarias desde hace décadas es aún más desesperanzador, si cabe, cuando hablamos de El Hierro. Y es que es esta isla la última oportunidad que tienen las personas que salen desde el continente africano en busca de una vida mejor de vivir y de tocar tierra. Llevan días o, incluso, semanas cuando divisan esta pequeña isla, la última antes de encontrarse con la inmensidad del Océano Atlántico. Si no tienen la suerte de toparse con El Hierro, están condenados a la muerte. De hecho, no es la primera vez que llegan al Caribe pateras y cayucos con cuerpos en estado de descomposición y que tenían la intención de pisar suelo canario.

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Por eso, las historias de todas estas personas que llegan en precarias embarcaciones a El Hierro son especiales, porque, después de eso, está la nada. Un acantilado hacia la muerte.