Canarias está entre las comunidades autónomas con mayor presencia de la sanidad privada de toda España. Según los datos de la Fundación IDIS, que aglutina al sector privado, el 35% de las camas hospitalarias ya son privadas en el Archipiélago. Además, Canarias está entre las comunidades con más hospitales privados de todo el país, junto a Navarra y Cataluña. En Canarias están ya el 4,7% de las camas privadas de toda España. Hay once hospitales públicos y veintidós privados. «El sector sanitario privado es titular del 35% de las camas, es decir, una de cada tres camas es privada», explica Marta Villanueva, presidenta de la Fundación IDIS. «Casi la mitad de las intervenciones quirúrgicas se realizan en el sector privado, que también asume el 40% de las urgencias», añade Villanueva. Canarias figura entre las cinco comunidades españolas que más médicos emplea en la sanidad privada: en los centros sanitarios privados de Canarias trabajan 3.122 médicos y 3.393 enfermeras, además de más de 7.000 celadores, auxiliares y otros profesionales, según los datos de la Fundación. Con respecto al equipamiento, la mayor parte de la alta tecnología hospitalaria en Canarias también está en manos de la privada, un 59%, frente al 41% de la alta tecnología de la que dispone la sanidad pública. Sin embargo, la asociación de clínicas privadas de Las Palmas asegura que la sanidad privada en las islas se mueve en un margen de beneficio muy limitado, alrededor del 4%. El presidente de la asociación de clínicas privadas de Las Palmas afirma que trabajar con la sanidad pública es una ruina. «No llega ni al 30% del volumen de facturación. Para los hospitales que están bajo la orden de precios concertados es claramente ruinoso trabajar con la sanidad pública, porque los precios están absolutamente fuera del mercado», llega a decir Sebastián Sansó. «Si fuera ruinoso, si un negocio es ruinoso, se deja», responde con contundencia la catedrática e investigadora en Economía de la Salud de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Beatriz González López Valcárcel. Los ingresos de la privada provienen de tres fuentes: el gasto de bolsillo (el pago directo por los servicios), los conciertos con la sanidad pública y los acuerdos con las aseguradoras. «Buena parte de los grandes hospitales privados de Canarias preferirían no tener que trabajar con los conciertos», afirma Sebastián Sansó. Fuentes del sector afirman que la mayor parte de los ingresos que recibe la sanidad privada provienen del desembolso que hacen los turistas en servicios sanitarios. Además, en grandes ciudades como Las Palmas de Gran Canaria o el área metropolitana de Tenerife tienen un margen de beneficio muy alto por acumulación de volúmenes. La tercera fuente de ingresos de la sanidad privada son los acuerdos con las aseguradoras. El porcentaje de penetración del seguro privado en Canarias es del 20,8%, frente al 38% de Madrid o el 31% de Cataluña. Las primas de las aseguradoras crecen en Canarias año a año alrededor de un 4%. Pero las compañías aseguradoras llevan casi treinta años sin actualizar los precios que cobran por acto médico. Según denuncia el Colegio de Médicos de Las Palmas, algunos seguros le pagan al médico seis euros por una consulta. En algunos casos, si se produce una segunda visita antes de treinta días, no pagan absolutamente nada. Y además, algunos de estos seguros pagan a los médicos autónomos a noventa días. Por este motivo, cuatrocientos médicos privados de Sevilla han decidido rechazar directamente a pacientes de grandes aseguradoras. Los facultativos de Sevilla son los primeros del país que se plantan, obligados a negociar para mantener su negocio sanitario. La conclusión es que hay una burbuja en los seguros privados, una guerra de precios que está afectando a la sanidad privada y en consecuencia, también a la calidad en la atención que recibe el paciente. «Los precios que pagan las aseguradoras a sus médicos son realmente bajos, no se han actualizado desde hace años», explica la catedrática de Economía de la Salud de la ULPGC. A la hora de fijar los precios de los seguros hay que distinguir claramente entre los médicos que pasan consulta privada, y las clínicas y hospitales privados de mayor envergadura, cuya capacidad de negociación con las aseguradoras es mucho mayor. Los colegios profesionales no pueden fijar los precios, por lo tanto, la fijación de esos precios es el resultado de negociación entre el sector privado y las aseguradoras. En esta negociación, los médicos autónomos son el eslabón más débil de la cadena. Una simple búsqueda en Google escupe un seguro de salud a partir de 17 euros. «La mayor parte de los seguros privados que hay en el mercado español cumplen un rango de actuaciones medio. No cubren un gasto catastrófico, por ejemplo, un cáncer no entra en la póliza», explica López Valcárcel. «Un seguro de salud es una póliza para sanos. Es para dar tranquilidad. Igual que uno compra un billete de lotería porque le hace ilusión, aquí compras una cosa que te da tranquilidad, pero es una tranquilidad un tanto falsa», explica el presidente del Colegio de Médicos. Cabrera va más allá y alerta del posible riesgo de error diagnóstico. «Por esos precios irrisorios, una calidad muy buena es muy difícil», explica. «Los médicos, por responsabilidad, hacen todo lo posible, pero si tienen que ver una cantidad enorme de pacientes, el riesgo de error de diagnóstico aumenta», advierte. Ante esto, Cabrera pide una refundación de la sanidad pública. «Los que piensan que el seguro privado se los va a arreglar todo, háganse los seguros que quieran, pero por favor, luchen por la sanidad pública. Al final todos irán a la pública. Si usted necesita un trasplante de corazón, seguro que no se lo harán en la privada», afirma. Es muy difícil comparar los costes de los actos médicos en la sanidad pública y la privada, porque existen muy pocos estudios. Los hospitales públicos tienen contabilidad presupuestaria, pero no una contabilidad de costes rigurosa. «Para un hospital público la contabilidad de costes no es tan necesaria como para una empresa privada, que tiene que identificar claramente dónde están sus márgenes de beneficio», explica López Valcárcel. Por eso no es fácil comparar el coste real de una mamografía o de una colonoscopia, por ejemplo, en la sanidad pública y la privada. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad sí ha elaborado tablas con precios medios en algunos procedimientos habituales que requieren hospitalización. Según estos datos, pasamos unos diez días de media ingresados por una neumonía, y eso le cuesta a la sanidad pública 5.600 euros. Por complicaciones derivadas de la hipertensión pasamos ocho días en el hospital y eso cuesta casi 4.400 euros. Reparar una fractura de cadera, nos mantiene ingresados unos diez días, y eso cuesta en la sanidad pública prácticamente 10.000 euros. Un parto normal, por ejemplo, unos diez días ingresados y unos 3.600 euros. Son precios medios de 2021 en la sanidad pública, porque ni la sanidad privada ni las aseguradoras publican sus precios. La opacidad y la casuística es enorme, por lo que resulta muy complicado contrastar y comparar información con rigor.