Opinión

La gestión fallida de la migración

LA MIRADA 30 ENERO

Los gobiernos de España y de Canarias guardan las formas, pero la gestión del fenómeno migratorio no está a la altura del reto. El asunto es sin duda complejo y difícil, pero algún resultado debería percibirse ya. Y no es así.

Vuelven los discursos de voluntad de entendimiento mutuo, vuelven las visitas ministeriales y vuelven las promesas de resolución de situaciones extremas. Pero los datos hablan por sí solos: el colapso de los servicios de atención es evidente y las decisiones se eternizan en las reuniones que se celebran específicamente para abordar una presunta "emergencia". Prueba de ello es la "insatisfactoria" reunión con las restantes autonomías para la distribución de los menores.

Este miércoles estará en Tenerife la titular estatal de Juventud e Infancia. Y lo más probable es que se lleve una idea muy aproximada de lo que aquí ocurre. Se irá horas después haciendo alguna declaración políticamente correcta, y volverá a sus reuniones en Madrid.

Da la sensación de que el Gobierno de España, o no sabe que hacer; o no puede; o, simplemente, la crisis migratoria que se vive en las Islas, no está entre sus prioridades.