"Solo escuchas el silencio a menos que caiga un glaciar": La ciencia de España en la Antártida, en manos de un canario
Miguel Ángel Ojeda, natural de Gran Canaria, es, desde hace dos décadas, el jefe de logística de la Campaña Antártica Española del CSIC: "Es un Tetris para intentar que los proyectos científicos estén siempre trabajando, se debe optimizar el tiempo"
"Solo escuchas el silencio a menos que caiga un glaciar": La ciencia de España en la Antártida, en manos de un canario
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Santa Cruz de Tenerife
Si analizamos las portadas publicadas por los principales diarios españoles durante el último año obtenemos los mismos denominadores comunes. Conflictos, como la Guerra en Ucrania o en la Franja de Gaza. Tensiones económicas originadas, en parte, por esos enfrentamientos, tales como la inflación o el desabastecimiento. También la inmigración, como ilustra la ruta canaria, la más mortífera del mundo. Y ni qué decir de los enfrentamientos políticos desde el plano nacional hasta los plenos municipales. Pero, ¿existe algún remanso entre el caos mundial?
La Antártida se puede definir de diversas maneras. Como uno de los seis continentes que componen el globo terráqueo. Como la mayor reserva de agua dulce, con más del 70% de los recursos mundiales. O, incluso, como el lugar más inhóspito y gélido, donde se han registrado temperaturas de hasta 100 grados centígrados. Pero negativos, no positivos. Cada rama del conocimiento define esta paraje a su manera. Pero, para el conjunto de la humanidad, de los países, se trata de un espacio de cooperación, entendimiento y, sobre todo, de paz gracias al Tratado Antártico, firmado en el año 1961.
Para huir del ruido, de las desgracias, hay que subirse en el Buque de Investigación Oceanográfico 'Hespérides', de la Armada Española. A unos 12.000 kilómetros de distancia desde España se encuentran las dos bases que tiene el país. La Juan Carlos I, en la isla de Livingston, y la Gabriel de Castilla, en la isla de Decepción. Pero esa ruta esconde la bravura de un mar que siempre ha ocupado un lugar especial en los cuadernos de bitácoras de cualquier buque: El Pasaje de Drake con sus fuertes ráfagas de viento, nieve y, en el peor de los escenarios, hasta olas de 10 metros. Se llega a puerto antártico dos días después, aproximadamente.
La logística de los buques y la propia campaña recae sobre las manos y la cabeza de un canario, de Miguel Ángel Ojeda. Natural de San Mateo, en la isla de Gran Canaria, es desde el año 2004 el Jefe de Logística de la Campaña Antártica Española del CSIC. "Entre casualidad e insistencia, terminé trabajando en el CSIC en la Unidad de Tecnología Marina y los busques oceanográficos", explica a micrófonos de la Cadena SER.
Una pista de aterrizaje en la Antártida
En términos menos técnicos, Ojeda es, en sus propias palabras, "quien pone cómo se harán las cosas una detrás de otras, cuál entra antes, después, qué proyectos científicos son los que van en un momento determinado", apunta. Estudio Ciencias del Mar en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y jamás pensó que la Antártida sería su destino. "No era mi sueño, cuando me fui a Barcelona tenía trabajo en Gran Canaria, tenía trabajo acomodado, vine para unos meses y ya llevo más de 20 años", apunta.
Preguntado sobre cómo se organiza una expedición, el grancanario señala que "empieza justo cuando termina la anterior, un año antes prácticamente". Las expediciones se realizan durante el verano austral, desde el mes de diciembre hasta bien entrado marzo. "Se debe organizar con tiempo, no es posible hacerlo solo con los medios que tiene España", explica antes de concretar que, en ocasiones, recurren a los aviones de otros países para llevar material, cifrado en unas "100 toneladas", además del personal. "En esta campaña usaremos unos 7 vuelos en el aeródromo de San Jorge", comenta.
Cuando no se puede enviar por aire, se hace por mar "en contenedores". Para esta campaña se han encontrado con problemas y retrasos debido a la guerra de Gaza y los ataques en el Mar Rojo. "Las compañías han cambiado rutas y un contenedor debía llegar a finales de diciembre, pero nos dijeron que llegaba a finales de enero. Hemos tenido que sacarlo del barco en Montevideo y llevarlo por tierra". Esta tensión se ilustra y simplifica con un videojuego mítico. "Es un Tetris para intentar que los proyectos científicos estén en la base trabajando", lanza.
¿Qué proyectos científicos pueden ir a la Antártida?
Ojeda también se encarga de organizar los proyectos científicos que, claro está, se han aprobado previamente tras un largo procedimiento público. "no es que alguien diga quiero ir a hacer un proyecto y lo haga, no, hay una convocatoria nacional del Ministerio de Ciencia, los proyectos aplican ahí y los que son financiados van", detalla. Existe mucha demanda y competencia, aunque "se intenta hacer todo lo que se aprueba". "Si no se puede hacer un año, se hace al año siguiente, no hay cola de proyectos, se van haciendo a medida que se van aprobando", destaca.
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La Antártida es el laboratorio más grande del mundo y las bases españolas se encuentran en localizaciones privilegiadas y atractivas para la ciencia. En la base Juan Carlos I "hay un observatorio astrofísico y otro geomagnético". Mientras en ese punto se trabaja concretamente en estudios de glaciares, en la isla de Decepción, la base Gabriel de Castilla se focaliza en la geotermia y vulcanología. "Es una isla con un volcán activo, este año hay un proyecto para determinar cómo usar la energía geotérmica para alimentar equipos que se quedan trabajando ahí en invierno", apunta un Ojeda que recuerda que en ese punto hay seísmos y fumarolas, además de colonias de pingüinos.
Sobre la importancia que supone para el mundo, el científico apunta que es "mucha", ya que lo que ocurre en la Antártida se nota en el resto del planeta. "Por ejemplo, con las corrientes termohalinas, que se originan en los polos, también hay procesos del clima, es un laboratorio muy importante", señala. A veces no es el canario más alejado del archipiélago. "Hay investigadores canarios, este año creo que no habrá, pero en algunas campaña los proyectos son de investigadores de ULPGC, para la campaña siguiente hay una de la facultad de Ciencias del Mar", comenta.
"Solo se oye el silencio"
La última vez que estuvo en el continente antártico fue antes de la pandemia, en 2019, ya que, desde entonces, las expediciones han estado muy limitadas. Pero sí se ha gestionado las salidas de los busques desde Punta Arenas y Ushuaia. "Pero sí que estaré a finales de marzo para cerrar la campaña", comenta no sin cierta alegría. Espera encontrar una buena ventana meteorológica para cruzar sin malas condiciones el Cabo de Hornos. "La AEMET hace pronósticos precisos, intentamos pasarlo lo mejor posible, adelantamos o retrasamos las salidas en base a ello", apunta.
Pero, ¿cómo es la vida en ese lugar desértico? Según el propio Ojeda se vive una sensación de "asilamiento", aunque "tengas llamadas de Whatsapp o internet", apunta. Sabemos lo que se ve, pero no lo que se escucha. Para el grancanario, lo mejor es el "silencio", es lo que más le impresiona. "Solo oyes lo que ocurre en la geografía, si cae hay un glaciar se crea un estruendo o el roce del hielo en la playa, pero básicamente es eso, estar fuera de los sonidos que nos envuelven cada día en una ciudad", aclara. Y, por último, en Gran Canaria una frase hecha "ir a Tunte" equivale a irse lejos o "a Cuenca", pero, ¿qué es más difícil? ¿llegar a esa localidad o a la Antártida? "Depende del día, igual es más difícil llegar a Tunte, pero seguro que a la Antártida se tarda más", remata entre risas.
En la Antártida con 20 años
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