Fracaso institucional
Mi debate particular sobre el Estado de la Nacionalidad Canaria apenas dura unos minutos, y como propuesta de resolución, concluye que la cosa está chunga, por no decir que jodida.
Ayer 90 familias fueron desalojadas de un edificio que amenazaba ruina en el municipio tinerfeño de Arona, y desde ayer, ando preguntándome dónde habrán pasado la noche esos menores, gente mayor y enferma, que abandonados a su suerte, dejaron con resignación las paredes maltrechas que les cobijaban.
Me niego a buscar culpables individuales entre la clase política de la clamorosa falta de repuesta de la Administración Pública en todas sus instancias ante tal situación de emergencia habitacional, porque podría decirse, que en la amplia galería de fotografías de gestores de esta tierra, aparecen las siglas prácticamente de la totalidad de partidos políticos que se han sentado en los sillones azules que reflejan el bastón de mando de esta tierra.
Es un fracaso institucional a todos los niveles, que ante el desalojo masivo de familias, las diversas administraciones hayan carecido de capacidad de respuesta, ya no para cumplir con el artículo 47 de la Constitución, sino para encontrar una solución temporal a estas personas expulsadas del paraíso, dicho con ironía, de la ocupación.
Aqui no cabe el tradicional "la culpa es tuya", sino que se precisa paliar la emergencia habitacional con acciones que debieron adoptarse anteayer por la tarde.
Por lo demás, mi debate sobre el Estado de la Nacionalidad y tal como están las cosas, podría resumirse en ese dicho canario que manifiesta: "Mamá está mala y papá no gira".
Pero no se preocupen ustedes, que mañana sale el CIS de marzo y todo quedará reflejado y bien reflejado, y tampoco me cojan nervios, porque el Banco de España mejora la previsión de crecimiento del PIB hasta el 1,9 por ciento.
Oh, cielos... y yo con esta alopecia.
Miércoles, 13 de marzo. Buenos días Canarias.




