César Manrique resucita al calor de las protestas: tres expertos analizan la vigencia de su mensaje visionario
Escuchar la voz del artista total treinta años después resulta estremecedor, porque muchos de sus presagios sobre el turismo se han cumplido. Tres expertos analizan su mensaje para traerlo al presente
El oráculo de Manrique: sus palabras hace treinta años parecen pronunciadas hoy
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Canarias
El pasado veinte de abril más de sesenta mil personas tomaron las calles de Canarias para protestar contra los efectos del turismo masivo. Algunos de los manifestantes portaban carteles con el rostro del artista César Manrique, precursor del ecologismo. "Cuando una amplia mayoría de la población sea consciente de la fragilidad del todo, seremos capaces de revertir la destrucción que hemos puesto en marcha", reza la pancarta de uno de los manifestantes lanzaroteños en el paseo de Las Canteras. Es una frase de César Manrique y en la isla de los volcanes no es nada nuevo.
La Fundación que vela por su legado, A Casa José Saramago, artistas, activistas y organizaciones como Transparencia Urbanística llevan décadas luchando contra la corrupción y el crecimiento excesivo del turismo. En la isla de Lanzarote, a menudo ese crecimiento ha ido acompañado de una corrupción obscena que ha terminado con alcaldes, interventores y secretarios municipales en la cárcel y con una veintena de hoteles con orden de derribo parcial a consecuencia de las irregularidades en su construcción. En la actualidad, muchos de ellos tratan de reconducir esas ilegalidades que cometieron.
¿Qué propuso Manrique a finales de los años sesenta?
En opinión de Violeta Izquierdo, profesora titular de la Universidad Complutense de Madrid y una de las mayores expertas en la obra del artista, lo que Manrique propuso fue un plan de trabajo que partiese del conocimiento y la observación del paisaje, la flora, los modos agrícolas de la isla. "La postura de Manrique estuvo siempre encaminada a conseguir un turismo de calidad, evitando la masificación, buscando el equilibrio entre la capacidad de acogida de la isla y el número de visitantes", explica Violeta Izquierdo. "En suma, poner límites al crecimiento turístico indiscriminado, introduciendo elementos de racionalidad, un desarrollo sostenido y sostenible", añade. La propuesta de Manrique se resume en cinco puntos.
• Reconocer la arquitectura autóctona, los modos constructivos tradicionales.
• Buscar un estilo propio que cuadrase con la idiosincrasia de la isla.
• Evitar la estandarización arquitectónica internacional, evitar los estereotipos seriados.
• Destacar la cultura, potenciar enclaves emblemáticos.
• Evitar el turismo exclusivo de sol y playa.
Hay al menos dos etapas de César Manrique respecto al turismo: la primera, de desarrollo, y la segunda, a partir de los años ochenta, de rechazo a la masificación. "Lo que decía César en esa segunda etapa queda claro en los manifiestos ‘Momento de parar’ y ‘Salvemos la isla de Lanzarote’ y en sus múltiples declaraciones en prensa y televisión, recogidas en la exposición que organizó la FCM ‘César Manrique, palabra y compromiso: Al poder se le incomoda’", explica Saúl García, el periodista que mejor ha estudiado el discurso de Manrique.
Especuladores cortos de miras: la denuncia en Der Spiegel
Como muestra, vale con observar lo que dijo César Manrique a Der Spiegel en 1988: “Hay especuladores acaparadores y políticos de cortas miras que están destruyendo la isla. No han entendido nada, no han aprendido nada. Destruyen una joya que pertenece a toda la humanidad”, dijo el artista. "Lo más inquietante de todo es que, cuarenta años después, hay pocas cosas nuevas que decir. Lo que se decía que iba a ocurrir si las islas seguían el camino de la construcción sin control es lo que ha ocurrido. Lo más novedoso deberían ser las soluciones, porque el mundo sí que ha cambiado, pero una buena medida inicial sería la de impedir que entre una sola cama turística más al mercado, incluidas las vacacionales, y después comenzar a reducir su número", explica el periodista.
Tras esas declaraciones en la revista alemana Spieger, en las cuales criticaba abiertamente la situación de la isla, el estado de deterioro que estaba sufriendo y el fraude que suponía presentarla como una isla paradisiaca, "algunos miembros del Patronato de Turismo creyeron ver en estas declaraciones un intento de desprestigiar la isla, y un peligro para la llegada del turismo", rememora Violeta Izquierdo. "La postura de estos era hipócrita, puesto que la actitud de Manrique con respecto a la isla siempre fue generosa y cuidadosa. Lo que buscaba el artista era precisamente la reacción y concienciación, ante el proceso de degradación derivado del altísimo porcentaje de construcciones", añade.
¿Qué sucedió en realidad en Canarias más tarde?
En tan sólo treinta años (1955-1985) Lanzarote pasó de las treinta camas del Parador Nacional de Turismo, donde descansaban los pocos aventureros ávidos de encontrar el paraíso perdido, a las 20.000 plazas hoteleras de 1985 y con expectativas de un aumento considerable para el porvenir. Se abrió entonces un polémico debate, entre defensores del crecimiento turístico indiscriminado y enemigos radicales de la privatización de bienes de interés público y explotación de costas y playas. "El artista denunció insistentemente en la prensa local la especulación del suelo, y la sobreexplotación del terreno, el eco de esta protesta llegó a la prensa nacional e internacional", explica la experta y autora de la primera tesis doctoral sobre Manrique.
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Enmarcado en la problemática del deterioro medioambiental progresivo que la isla sufría, y gracias a la amistad que unía a César Manrique con Peter Galliner (presidente del Instituto Internacional de la Prensa) se celebró en marzo de 1989 el Primer Congreso Internacional de Prensa y Medio Ambiente en Lanzarote. "Se pretendió poner de manifiesto la necesidad de preservar el entorno natural, haciendo que el futuro de la tierra se ajustase a un equilibrio entre desarrollo económico y defensa de la naturaleza. El artista en su intervención en el congreso, formuló sus quejas y abogó por el respeto absoluto al medio ambiente: es hora de formular con la mayor energía, una denuncia sobre la destrucción del medio natural, que se está fraguando en las Islas Canarias, destrucción que es un ejemplo más de las atrocidades cometidas contra la inteligente madre naturaleza en las diferentes latitudes de la Tierra", recuerda Izquierdo.
El primer plan para ordenar el turismo en Canarias
En 1987 se presentó un avance del Plan Insular de Ordenación Territorial (PIOT) que todos los alcaldes de los principales enclaves lanzaroteños acogieron con satisfacción. Este plan tardaría aún dos años en firmarse (1989), bajo el mandato del presidente del Cabildo Insular de Lanzarote, Nicolás de Páiz. "Fue el primer plan que se realizó en el Archipiélago Canario. En general, la inmensa mayoría del pueblo conejero estuvo de acuerdo, César Manrique celebraba su consecución, pero puntualizaba, que antes de ser aprobado, los alcaldes habían hecho manga ancha permitiendo construir una gran cantidad de apartamentos que ya estaban ahí sin alternativa. El plan preveía para el año 2000 un total de 83.000 camas, límite en el que se podría mantener el equilibrio de calidad buscado", explica Izquierdo.
Manrique insistió en el delicado equilibrio entre crecimiento y sostenibilidad. "El artista denunciaría una economía sustentada en un turismo excesivo, atraído por un precio competitivo, donde el desgaste por la masificación sería insostenible. A sus ojos, la alternativa sería concentrarse en una oferta cualitativa de excelencia, para un turismo dispuesto a invertir en esa exclusividad. Las ideas de Manrique siguen hoy de actualidad. Conciliar el desarrollo de la isla, con un respeto exquisito de sus valores únicos, puede ser el único futuro viable para Lanzarote", explica el doctor en arquitectura Alejandro Scarpa, experto en César Manrique con mención internacional por su extraordinario trabajo.
Los gritos de socorro de César Manrique no cesaron
Los títulos de los manifiestos que se recogen en el libro Escrito en el Fuego, publicado en 1988, demuestran la preocupación y angustia ante una situación que se le iba de las manos, a pesar de la fuerza y el carisma de su personalidad. Textos como; Arrecife: problema, S.O.S por Lanzarote, Lanzarote se está muriendo, Un grave peligro sobre Lanzarote, o Momento de parar, son la señal del desasosiego y la indignación de este artista. "La influencia de Manrique ayudó a invertir una corriente entonces generalizada, que consideraba que todo turismo era bueno, y cuanto más, mejor. Frente a la carrera desesperada por ofrecer la oferta económicamente más competitiva, el artista propuso concentrarse en la propuesta cualitativa", añade Scarpa.
Hoy, décadas después de su muerte, sus ideas siguen alimentando el debate sobre el futuro de la isla. "El desarrollo de Lanzarote debería focalizarse en atraer un turismo de meditación y respeto por los valores locales. Esta visión, hoy respaldada por numerosos expertos en desarrollo turístico sostenible, sería profundamente innovadora para la época. Desgraciadamente, los intereses económicos cortoplacistas harían que la realidad de Canarias se distanciase de la propuesta radical de Manrique, como él mismo acabaría denunciando. Una apuesta por la excelencia y los valores innatos podría ser la única solución sostenible para Lanzarote", explica Alejandro Scarpa.
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César Manrique anticipó el potencial oculto de Lanzarote, sacando a relucir los valores plásticos innatos de la isla. Sus ideas, ejemplificadas en los Centros de Arte, han beneficiado a cientos de miles de habitantes y más de sesenta millones de turistas. "Sin embargo, el poder de atracción puede convertirse, como advertiría el artista, en su talón de Aquiles: un exceso de visitantes implicaría un desgaste insostenible para el futuro de la isla. El equilibrio es difícil, y su mantenimiento requiere un esfuerzo constante por parte de todos los poderes locales, sin sucumbir a una visión especuladora concentrada en los beneficios a corto plazo", explica Alejandro Scarpa.
Manrique tuvo una actitud crítica y reivindicativa contra el deterioro de la naturaleza y la especulación, una postura casi revolucionaria pues se enfrentó abierta y verbalmente a todas las fuerzas del poder contrarias a su profundo sentimiento ecologista. "Estas denuncias insistentes representan al hombre comprometido con valores esenciales, pero no desde un punto de vista político, sino desde una referencia puramente humana, social y ética, una lucha encarnizada por preservar la vida y por consolidar unas fuentes de riqueza, y valores fundamentales en el desarrollo de los seres vivos sobre la tierra", reivindica Violeta Izquierdo.
"Manrique equiparaba Lanzarote con la Cenicienta, que desde sus orígenes humildes llegaría a ser princesa tras calzar el delicado zapato de cristal. Los habitantes de las islas escriben hoy un nuevo capítulo del cuento", explica Scarpa. Sólo con el cuidado atento por parte de todos se evitará que la magia sucumba a su fragilidad. Gracias por su contribución a este final feliz. "Su voz se alzó contra la especulación, contra la barbarie, contra la incultura, contra el progreso mal entendido, a veces con vehemencia, pero siempre con una amplia visión de futuro, demostrando con su desinteresada lucha y su capacidad artística, la honradez de sus principios", concluye Izquierdo.
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Javi Rodríguez
(La Palma, 1991) Periodista vinculado a la Cadena SER en Canarias desde el año 2009, apasionado de los...