Aitana Sánchez-Gijón: "Estoy encantada de volver a Tenerife"

Santa Cruz de Tenerife

La interpretación le ha acompañado durante toda su vida. Aitana Sánchez-Gijón es una de las actrices referentes del panorama nacional. A lo largo de su carrera, ha participado en numerosas películas bajo las órdenes de Bigas Luna, Pilar Miró o Pedro Almodóvar. Su pasión por la magia que desprende el teatro ha florecido desde que era una niña y se ha metido en la piel de mujeres como Ana Ozores en La Regenta o el de Doña Blanca en la serie Velvet que han marcado el imaginario de la ficción española.

La actriz se encuentra inmersa en La Madre, una obra teatral que cuestiona los límites de la soledad, la cordura y el vacío y que intenta dar repuesta a si el amor de una madre puede llegar ser demasiado. Tras su paso por el Teatro Pavón en Madrid, hasta el próximo 12 de mayo, comenzará una gira nacional. El 17 y 18 de mayo visitará el Teatro Guimerá en Tenerife y el 23 y 24 el Teatro Cuyás en Las Palmas de Gran Canaria.

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Desvela que afronta la gira nacional con muchas ganas. "Tenemos la función muy bien agarrada y ojalá sean funciones maravillosas, al igual que en Madrid", apunta. También, resalta que hace más de cinco años que no visita Tenerife, ya que suelen ir más a Gran Canaria a hacer teatro. Sánchez-Gijón relata que está encantada de volver a la Isla.

Al escuchar la palabra madre, rol protagonista en la obra, piensa en su propia madre y en su experiencia con la maternidad. "Me vienen muchas ideas preconcebidas sobre cómo se ha visto social y culturalmente la figura materna". En torno a este tema, gira la trama de la obra que actúa como un viaje que conecta la situación de una madre que muestra una enorme oscuridad y el desequilibrio que supone su matrimonio y el vacío que dejan sus hijos al independizarse del hogar familiar.

"Interpreto a una mujer que convive con un enorme vacío vital"

Su personaje en la obra es Ana, una mujer que se siente estafada por la vida. "Se crio bajo la creencia romántica de enamorase del amor de su vida, tener hijos y ser feliz creando una familia", explica. De pronto, su personaje despierta de golpe viendo que sus hijos y su pareja abandonan el barco de su vida y siente un vacío enorme. "Ni ella, ni la sociedad, le permitieron llenar su vida de otras experiencias y está sobrecargada", comenta.

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Comparte que su personaje también vive desde un espacio de desequilibrios emocionales y un fuerte deterioro mental de depresión "Necesita pastillas para seguir hacia delante, para que no le supere la vida", añade.

"Enfrentarme a Ana ha sido un proceso complejo". Con estas palabras, Aitana explica cómo ha sido el proceso de construir y dar vida a su personaje en la obra. El texto de Florian Zeller deconstruye la función y genera una repetición en las escenas, lo que provoca que el espectador esté dentro en la cabeza de la madre y siente su misma confusión, delirio y desesperanza. "Es una estructura fascinante que hace navegar por la mente de esa madre. No se sabe si ella habla en voz alta con el resto de los personajes o si todo es fruto de de su imaginación", asegura.

"Ana vive en una eterna espera"

Un aspecto especial de la obra es que la actriz entra a escena 15 minutos antes de que se apaguen las luces del teatro y empiece la función. Entre risas, argumenta que fue ella misma quién solicitó al director estar en escena mientras entra el público. "Ana está en una eterna espera en un espacio vacío, la escenografía, y estar vagando por el escenario, mientras las personas toman asiento, permite que se cree un interesante punto de partida para lo que sucede después".