"No podemos pagar 1.500 euros, no tenemos piso": la crisis habitacional expulsa a los estudiantes de la universidad

Santa Cruz de Tenerife

"Cuando acabó el curso nos subieron el alquiler a 1.500 euros. No nos lo podemos permitir y no tenemos piso". Es el grito desesperado de Moneiba, una joven de La Palma que estudia en la Universidad de La Laguna (Tenerife) y que hasta ahora compartía piso con una compañera. A las puertas del nuevo año académico, todavía no ha encontrado una casa en la que vivir. En los micrófonos de Hoy Por Hoy Tajaraste ha explicado cómo afecta la crisis habitacional a miles de estudiantes: no solo tienen que asumir precios desorbitados, sino también el traslado de una isla a otra y unas condiciones de arrendamiento cada vez más exigentes: "O te piden dos meses de fianza o por una habitación, para una sola persona, 500 euros".

Alquilar una habitación cuesta 423 euros mensuales

Alquilar una habitación en el Archipiélago se ha encarecido más de un 90% en tan solo nueve años. El precio medio ya alcanza los 423 euros mensuales según el estudio de viviendas compartidas del Índice Inmobiliario Fotocasa. Según denuncia la Asociación Canaria de Estudiantes, esta carestía está provocando la cancelación de planes de movilidad (por ejemplo el SICUE, el sistema por el cual un alumno puede cursar un año en un centro distinto a aquel en el que está matriculado) e itinerarios académicos de universitarios que son de una isla no capitalina y que se mudan a Gran Canaria o Tenerife para estudiar.

"Una persona nos ha escrito porque no encuentra un alquiler, no ha sido aceptado en un centro de alojamiento de la Universidad de La Laguna (ULL) y no va a poder continuar en el grado. Se está planteando tomarse un año para buscar un piso y poder venir el curso que viene", señala su portavoz Andrés Paz.

Sin plazas suficientes en los colegios mayores

A la falta y la carestía de los pisos se suma otro factor: la escasez de habitaciones en los colegios mayores, una alternativa más barata para los alumnos. En el caso de la ULL, las peticiones se han disparado en los últimos años. Durante el curso 2022-2023 se contabilizaron 800 solicitudes de alojamiento, mientras que para el curso 2024-2025 se han registrado 1.400. Sin embargo, la academia solo cuenta con 550 plazas. "Si antes no había tanta demanda es porque había alojamiento asequible en el mercado, las familias podían afrontarlo", apunta la vicerrectora de Estudiantes.

Rosario Hernández reconoce que no tienen posibilidad de aumentar el número de camas dependientes de la universidad: "Nuestros edificios tienen muchos años, requieren una inversión continua para mantenimiento y obras. Lo que intentamos hace un año y poco fue poner toda la oferta que podíamos, la máxima. Hemos tenido que adaptar espacios".

"Arrimar el hombro"

La Asociación Canaria de Estudiantes pide al equipo rector de la Universidad de La Laguna "que se aumente la interlocución con el Gobierno de Canarias y se fuerce el aumento de la financiación para que sea justa y duradera que nos permita construir más centros de alojamiento". También piden a las instituciones que "arrimen el hombre, que atiendan el problema habitacional que sufrimos" con mecanismos como la declaración de zonas tensionadas: "Nos sentimos expulsados de nuestro territorio y de nuestra universidad porque se apuesta por las viviendas vacacionales, por una liberación del mercado de alquiler que nos condena y condena nuestro futuro".