Teodoro Sosa lanza un aviso a Cáritas por el cierre de Casa Esperanza: “Levantaré la voz si tengo que señalar a alguien que no haya querido buscar la solución"
El alcalde de Gáldar advierte en el pleno municipal que luchará contra el cierre como si estuviera en su pueblo y asegura que este servicio es necesario para toda la comunidad con problemas de alcoholismo en la isla
Carlos Moreno
Las Palmas de Gran Canaria
El cierre inminente de la Casa Esperanza, el próximo mes de diciembre, por parte de Cáritas Diocesana no deja de recibir una fuerte oposición por parte de muchas voces relevantes de Gran Canaria, más allá de las propias protestas de los trabajadores de la entidad y exresidentes de la comunidad terapéutica, ubicada en el Valle de Agaete. Esta instalación, que acoge un recurso único en Canarias para atender a las personas con problemas de alcoholismo, pondrá fin a su servicio después de treinta años de actividad (con más de 1.500 personas atendidas durante esos años), acabando con el empleo de once trabajadores y dejando sin atender a más de 200 personas (entre personas con problemas de adicción, familiares y ex residentes), y la privación de la oportunidad de acceder a las más de veinte personas que se encuentran en lista de espera.
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Si bien desde el Equipo Directivo de Cáritas Diocesana de Canarias, se afirma que el cierre de las instalaciones se debe a graves problemas estructurales y al diferencial entre la financiación pública recibida y los costes del servicio en el Valle de Agaete (unos 200.000 euros), este mensaje no acaba de terminar de convencer y, desde el Ayuntamiento de Agaete, la Mancomunidad del Norte, el Cabildo de Gran Canaria y el Gobierno de Canarias, han lanzado diferentes declaraciones y comunicados mostrando una oposición frontal a poner punto y final a este centro y su labor social.
“Hacer desaparecer un servicio de tan importancia social va a ser un drama"
A estas manifestaciones se suma la de una voz autorizada como es la de Teodoro Sosa, alcalde Gáldar, que ha mostrado el discurso más duro hasta ahora contra Cáritas. En el pleno celebrado este martes, el Bloque Nacionalista Rural-Nueva Canarias (BNR-NC) ha presentado una moción referente a la paralización del cierre de la Casa Esperanza y la continuidad de la labor sociosanitaria, que fue aprobada por unanimidad por todos los grupos políticos, el edil galdense advirtió a la entidad social que "hacer desaparecer un servicio de tal importancia social va a ser un drama. Mi solidaridad va con los trabajadores, va con los familiares, va con los internos o enfermos y va con todo el pueblo de Agaete".
"Si Cáritas me presenta mañana un proyecto de accesibilidad para la casa, el Cabildo pone el dinero"
El también vicepresidente segundo y consejero de Gobierno de Presidencia y Movilidad Sostenible, ha detallado los tres escollos que parece presentar la casa para mantener su actividad. En primer lugar, la falta de agua potable en esta zona explica Sosa que "es solucionable, como nos ha dicho el alcalde, y provisionalmente puede seguir funcionando como hasta ahora, con cubas de agua". En segundo lugar, sobre la accesibilidad, "es una casa antigua con un grado de protección, pero no es un BIC y se resuelve con rampas u otras cuestiones". Y en tercer lugar, "el principal problema es el déficit económico, porque si los otros problemas han existido antes y la casa ha seguido funcionado, no creo que sean inconvenientes para el futuro".
Por todo ello, el alcalde Gáldar valora con rotundidad que "el problema no pueden ser 200.000 euros entre dos administraciones como el Gobierno de Canarias y el Cabildo. Entonces, ¿por qué no se soluciona y se llega a un entendimiento? Por eso los ayuntamientos tener que advertir que, si se cierra sería una injusticia tremenda para la historia de un servicio público clave. Cuando algo se cierra no se vuelve a abrir y no podemos permitirlo".
"Hay soluciones y levantaré la voz si tengo que señalar a alguien que no haya querido buscar la solución. Todos somos conscientes de que cuando hacemos la declaración de la Renta te piden que pongan una cruz al lado, pues ahora yo estoy pidiendo la voz al revés, a ver si alguien me escucha. Se puede pedir, pero también hay que dar. Lo digo como cristiano y este mensaje es clarito y voy a estar al lado de los enfermos, que no estarán allí por gusto", sentenció el edil galdense.
Juanma Betancort, presidente del Comité de Empresa, también manifiesta que desde Cáritas “han dicho que en lugar de once despidos, serán siete y continúan con la idea del nuevo modelo de centro de día en Escaleritas. Pensamos que no apuestan por el Proyecto Esperanza, ya que las administraciones se han manifestado para subsanar las deficiencias del agua y de la accesibilidad, junto con lo económico. Sin duda, es una medida desproporcionada”.
Acuerdo unánime entre las administraciones para evitar el cierre de la comunidad terapéutica
A esta manifestación de Sosa, se suma también la de Menchu del Rosario, exalcaldesa de Agaete, que ha explicado en reiteradas ocasiones que son “los propios usuarios que han estado en el centro, los que están pidiendo que, por favor, desde las administraciones públicas actuemos para que el mal momento que está pasando Cáritas podamos ayudarles” y “no tiene sentido que el proyecto se mantenga como centro de día, teniendo en cuenta que vienen personas de otras islas para tener este servicio”.
El cierre de Casa Esperanza “no se limita a un problema económico”
En este sentido, también se posicionó Isabel Mena, consejera de Bienestar Social del Cabildo de Gran Canaria, en los estudios de Hoy por Hoy Las Palmas. Mena manifestó “el interés del Cabildo en poner las herramientas que hagan falta para intentar salvar un proyecto que sabemos que es necesario para la isla”. Además, resaltó que esta cuestión “depende de la dirección general de Salud Pública del Gobierno de Canarias, pero desde la institución insular, “ pese a que no es una competencia propia, siempre hemos apoyado este proyecto con una subvención adicional para colaborar en sufragar esos gastos y colabora en una parte del proyecto”. Sin embargo, resaltó que el problema del cierre de Casa Esperanza “no se limita solo a un problema económico, sino que Cáritas pone de manifiesto una situación estructural del propio edificio y su intención de modificar este proyecto en un centro de día que llegue a más personas y solo puedo decir que nosotros estamos dispuestos a arrimar el hombro por la necesidad de que esta comunidad terapéutica siga activa”.
La consejera de Sanidad, Esther Monzón, también declaró en Hoy por Hoy Las Palmas, que “se plantea un cambio de modelo de atención, el centro día, donde actualmente los pacientes pasarían a pisos de Cáritas y, por supuesto, terminarían su proceso en el mismo régimen aunque en distintos recursos”, aseguró.
Los trabajadores, mientras, tendrán una reunión con el Equipo Directivo de Cáritas Diocesana el próximo jueves siete de noviembre para analizar la situación y el Comité de Empresa celebrará una Asamblea posterior a esta reunión y tomarán las decisiones que consideren oportunas para evitar el cierre de la casa.